Pruebas
¿Es el Audi A8 4.2 TDI el mejor coche del mercado?
El A8 es por lujo, tecnología, motorización y tamaño uno de los mejores automóviles del mercado. No es de extrañar que sea uno de los modelos más utilizados como coche de representación por mandatarios y celebridades de todo el mundo. Pero una vez que te pones a sus mandos es muy difícil decantarte por sentarte detrás del volante o en los asientos traseros y dejarte llevar.
Cualquiera de las dos opciones son buenas y cada una tiene su encanto. Uno de los mayores alicientes de ponerse a los mandos de este Audi es su tracción quattro combinada con el motor 4.2 TDI con 350 CV, uno de los diésel más potentes del mercado.
Nada más subirte en el A8 te das cuenta de que estás en el vehículo más lujoso de la marca de los cuatro aros. No sólo es cuestión de que los más mínimos detalles del interior rezuman calidad, ni del lujo que se respira, ni tampoco de la amplitud. El ambiente que se respira en su interior es simplemente diferente. Audi ha sabido darle un gran toque de distinción respecto a los modelos inferiores.
Por lo tanto, hablar de la calidad de los acabados y de los materiales es simplemente perder el tiempo en obviedades, no sólo porque estamos ante un Audi, sino porque nos encontramos ante el automóvil más perfecto que haya podido construir esta marca. De hecho, resulta francamente difícil encontrar algún defecto a este automóvil. Aunque siempre alguno se puede mencionar. Si nos ponemos quisquillosos podemos reprocharle a este A8 que su maletero es algo "pequeño" para un vehículo de más de cinco metros de largo: su capacidad es tan sólo de 510 litros, por debajo de los 530 de su hermano pequeño el A6. Audi ha preferido perder algo de espacio de carga para ofrecer más comodidad en el interior, especialmente en las plazas traseras.
La marca de los cuatro aros ha desplegado en este vehículo todo su arsenal de tecnología al servicio de la comodidad, el disfrute al volante y la seguridad. Destacan, por ejemplo, el programador de velocidad activo capaz de acelerar y frenar el vehículo manteniendo las distancias de seguridad con los coches de adelante; la visión nocturna; los faros de diodos luminosos; el sistema de sonido de Bang & Olufsen con 19 altavoces y una potencia total de 1.400 vatios; los asientos delanteros ajustables en 22 posiciones diferentes con calefacción, ventilación y función de masaje con cinco programas. La lista de opciones es realmente interminable.
Viajar en la parte de atrás del A8 es hacerlo en Bussines Class, disfrutar de los viajes con mayúscula. A pesar de ello, es inevitable hacerse la siguiente pregunta: ¿conducir o dejarse llevar? Y es que ponerse a los mandos de este coche con carrocería y bastidor de aluminio es muy emocionante.
Audi presume de máxima eficiencia
Y una de las principales razones es el motor 4.2 TDI que montaba la unidad de prueba. Su cilindrada de 4.134 cc engendra una potencia de 350 CV y un bestial par de 800 Nm disponible entre las 1.750 y las 2.750 revoluciones. La fuerza de este V8 es increíble, parece que nunca se cansa de empujar. En la aceleración de 0 a 100 km/h le bastan 5,5 segundos, y alcanza una velocidad punta de 250 km/h limitada electrónicamente.
A pesar de estas características, el consumo es bastante contenido. Tan sólo bebe 7,6 litros cada 100 km según los datos oficiales de Audi, pero en la prueba esta cifra se situó en 8,3 litros, una marca igualmente buena para la cilindrada del propulsor. Su emisión es de 199 gramos de CO2/km. Audi presume de que es el único diésel V8 del mercado de lujo con una emisión de CO2 inferior a 200 g/km.
Una berlina de lujo con la agilidad de un deportivo
El control de tanta potencia resulta asombrosamente sencillo. Este A8 es un vehículo muy fácil de conducir. Además, no se trata de un deportivo, pero se muestra muy ágil para su tamaño. Hay varios elementos tecnológicos que lo hacen posible.
En primer lugar, la tracción total quattro, que envía en condiciones normales un 60% de la fuerza a las ruedas traseras. En segundo lugar, un diferencial trasero activo que modifica de forma continua el reparto de fuerza entre las dos ruedas de ese eje. Y en tercer lugar, una suspensión neumática (Adaptive Air Suspension) con amortiguadores de dureza variable capaz de variar la altura de la carrocería hasta 45 mm. Aunque tampoco hay que olvidarse del cambio automático de ocho velocidades, que es tan suave y rápido que el conductor apenas lo aprecia.
En precio, pierde frente a la competencia
Y por fin, llegamos a otro de los grandes "defectos" de este coche. Son los 98.290 euros que Audi pide por él. Si a eso le añadimos unas cuantas opciones dignas de un vehículo de estas características, estamos ante un presupuesto que la mayoría de los mortales sólo lo pueden manejar para comprar una casa y pidiendo una hipoteca al banco. El precio está por encima del de rivales como el BMW 740d XDrive de 306 CV (92.800 euros) o el Mercedes-Benz S 350 CD 4M (88.500 euros) de 258 CV, ambos también con tracción a las cuatro ruedas.