Pruebas

Audi A6 2.0 TDI: tan bueno como soso

    Audi A6


    Está claro que con este modelo Audi ha querido ofrecer una berlina muy equilibrada, racional y de una alta calidad. Y la verdad es que lo consigue sobradamente. El motor 2.0 TDI de 177 CV es el diésel más pequeño que se ofrece en la gama del A6 y, sin lugar a dudas, su punto fuerte está en un consumo muy contenido. ¿Entonces, cuál es la pega? La marca de los cuatro aros se ha olvidado de darle "chispa" a este modelo.

    Se puede elaborar una larga lista con todas las buenas cualidades objetivas de este modelo, aunque automáticamente después, para cada una de ellas se puede encontrar un "pero" en forma de apreciación subjetiva.

    Se podría empezar, por ejemplo, hablando de su interior. Audi ha mantenido en este nuevo A6 las líneas maestras que caracterizan sus habitáculos: una alta calidad de materiales y ajustes, una buena ergonomía y una capacidad innata para hacer sentirse a los ocupantes como en casa. Pero... el diseño no trasmite nada, es demasiado sobrio, demasiado insulso. Se trata de una opinión personal que también puede aplicarse al exterior, con líneas muy fluidas, redondas, equilibradas, pero demasiado sobrias, sin espíritu.

    Si lo que Audi pretendía era construir un coche discreto y sin defectos objetivos que achacarle, lo ha logrado. Todo ello le convierte en un modelo perfecto de gama alta para la flota de una empresa o para una familia que quiere un buen automóvil, sin más.

    Una de las cualidades que le convierten en un vehículo perfecto para ese tipo de públicos es su comodidad. Su espacio interior tanto para las plazas delanteras como para las traseras es bastante amplio. Además, su maletero ofrece una muy generosa capacidad de 530 litros. Es por ello que es un coche para echarse a la carretera sin miedo a los kilómetros. La suspensión, sin ser blanda, cuida a los pasajeros.

    Buena opción para ahorrar combustible

    El motor 2.0 TDI de cuatro cilindros y 177 CV, permite que en los viajes se tenga que parar a repostar cada mucho tiempo. El consumo es sin duda una de las mejores cualidades de este motor, que combinado con la tecnología de la marca de ahorro de combustible -como el sistema que detiene el propulsor en los semáforos y atascos- tan sólo pide unos 5,7 litros de gasoil por cada 100 kilómetros. Esta es la cifra obtenida en la prueba, circulando tanto por ciudad como por carretera y autovía.

    El propulsor no es un alarde de prestaciones, pero se defiende bastante bien a la hora de mover un vehículo que pesa 1.575 kilogramos. Además, sus prestaciones son más que suficientes con el cambio manual de seis velocidades que montaba la unidad de pruebas.

    Su par motor de 380 Nm está disponible entre las 1.750 y las 2.500 rpm. Acelera hasta los 100 km/h con salida parada en 8,7 segundos y alcanza una velocidad máxima de 228 km/h.

    Al volante, ocurre prácticamente lo mismo que con el resto del coche, es decir, es muy bueno pero no tiene chispa. Lo más destacable es que es muy, muy fácil y cómodo de conducir, con unas reacciones muy neutras. El conductor siente siempre que tiene todo bajo control, gracias, entre otras cosas, a una dirección precisa y muy asistida.

    El precio base de este modelo es de 39.300 euros. Por la versión con cambio automático de ocho velocidades Audi pide 41.640 euros, un sobrecoste que merece la pena pagar si es posible para el comprador.




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