Pruebas

Renault Laguna Coupé 3.5 V6: Un coupé que puede presumir de categoría Premium

    La parte trasera del laguna Coupé es la que le diferencia de la berlina, además, es la más original.


    No se trataba sólo de un buen anuncio de publicidad con promesas atrevidas. Después de unos cientos de kilómetros a los mandos de un Laguna Coupé, es justo decir que Renault lo ha conseguido. La marca del rombo ha logrado dar un salto de calidad importante con este modelo, que mira sin complejos a los vehículos deportivos de las clásicas marcas alemanas que lideran el sector Premium.

    La calidad interior del Laguna Coupé no sorprende porque es la misma que la de la berlina de la que deriva. Una vez dentro, lo que agrada especialmente es la manera de rodar del vehículo. Con un gran aislamiento, el motor de gasolina más alto de la gama, el 3.5 V6 de 240 CV ni se nota. El conductor recibe la sensación de que está en un coche bien hecho, robusto, la misma impresión que trasmiten modelos de BMW, Mercedes o Audi.

    Una agilidad sorprendente

    Y entonces, cuando el vehículo comienza a ganar velocidad todas esas sensaciones se mantienen. Lo que llama enseguida la atención es la agilidad del Laguna, a pesar de ser un vehículo con unas dimensiones respetables (4,643 metros de largo) y un considerado peso (1.522 kilogramos), se mueve como pez en el agua en la ciudad y en carreteras con curvas. La dirección es muy suave y bastante precisa; está muy por encima de aquellas direcciones artificiales y difíciles de entender que montaban anteriores modelos de la marca.

    Pero el elemento que hace realmente que este Coupé sea tan manejables es el 4Control, un sistema de dirección en las ruedas traseras. Hasta una velocidad de 60 km/h, las ruedas traseras giran en sentido contrario a las delanteras, lo que facilita maniobras como aparcar. A partir de 60 km/h, las ruedas traseras cambian de dirección en el mismo sentido que las delanteras, para ayudar en los cambios de dirección del vehículo.

    El chasis del Laguna logra estar a la altura del novedoso sistema. Al contrario de lo que ocurría en otros modelos de la marca gala, la suspensión es algo dura, aunque en ningún momento resulta incómoda.

    La prueba se ha realizado con el motor de gasolina tope de gama. Se trata de un propulsor de seis cilindros en V de 3.498 centímetros cúbicos y capaz de entregar 240 CV. Es suave y refinado, pero algo perezoso en la parte baja del cuenta revoluciones, por lo que para exprimirlo al máximo hay que llevarlo bastante revolucionado. Su par máximo de 330 Nm lo consigue a 4.400 revoluciones por minuto. El motor es, además, demasiado glotón, ya que a pesar de realizar una conducción tranquila, será difícil que baje de un consumo de 11 litros a los 100 kilómetros. Por ejemplo, en autovía, a una velocidad de 120 kilómetros por hora, el consumo no baja de los 8 litros.

    ¿Es una buena opción este motor?

    Con este propulsor, el Laguna es capaz de alcanzar una velocidad punta de 245 km/h y situarse de 0 a 100 km/h en 7,4 segundos. Unas prestaciones que resultan discretas si se comparan con las del otro motor de gasolina que puede montar este coupé, el 2.0 Turbo de 205 CV, con una punta de 236 km/h y una aceleración de 0 a 100 km/h de 7,8 segundos. Por el "grande" Renault pide 42.950 euros y por el "pequeño" 39.250.

    El cambio automático de seis velocidades es suave y rápido, pero tiene un pequeño problema que se acentúa con este motor que necesita ir alto de vueltas. El cambio procura llevar bastante poco revolucionado el motor, por lo que cuando el conductor necesita acelerar de forma considerable por cuestiones de tráfico y pisa con más fuerza el acelerador resulta lento en la maniobra de bajar una marcha para revolucionar el motor y conseguir la reacción rápida deseada.

    La habitabilidad, a pesar de tratarse de un modelo donde prima el diseño, es bastante buena, sobre todo en las plazas delanteras, donde el conductor y el copiloto disfrutan de un gran espacio. Atrás, a pesar de la pronunciada caída del techo la altura resulta suficiente... siempre y cuando los ocupantes no superen los 1,80 metros, porque entonces tendrán que agachar un poco la cabeza. El acceso a las dos plazas de atrás es bastante bueno gracias a un sistema que desplaza hacia delante de forma automática los asientos delanteros.

    El portón trasero, cuya forma peculiar da un aspecto realmente elegante y diferente al coupé, esconde un maletero con una capacidad de 423 litros. Las formas de la zona de carga son bastante regulables, por lo que es bastante aprovechable.

    CONCLUSIÓN:

    Renault ha conseguido con este modelo ponerse a la altura de la clase noble germana. El precio del Laguna Coupé está por debajo del de sus rivales alemanes, pero como siempre ocurre en estos casos, habrá quien se pregunte si merece la pena pagar un poco más por un coche menos equipado pero con una imagen de marca Premium. A favor del francés hay que decir que es un modelo mucho menos visto que los Serie 3 o los A5, por lo tanto, aporta a sus ocupantes una imagen diferente. Lo mejor del Laguna es, sin duda, su sorprendente agilidad, lo que hace que sea un vehículo muy agradable y divertido de conducir.




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