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Alfa Romeo 4C: pequeña y diabólica tentación
Berlineta italiana es pasión, velocidad y... venderse al diablo en forma de cheque. El Alfa 4C tiene los ingredientes más puros del deportivo transalpino a un precio tentador.
Se ha hecho esperar, nos ha puesto los dientes largos sin moverse de los salones, pero por fin llega a España uno de los juguetes para mayores más deseados de esta temporada. Sin embargo, su desarrollo ha ocupado a los ingenieros milaneses tan sólo dos años, poco tiempo para tratarse de un coche completamente nuevo y de una construcción fuera de serie, sobre un bastidor de fibra de carbono y ensamblado en la factoría de Maserati en Módena, su inspiración llega directamente del 33 Stradale derivado de los Sport Prototipos de competición, uno de los deportivos más bellos que han existido.
La conducción del 4C es diferente a la de los coches actuales. Desde que probamos el Lotus Elise no nos habíamos contorsionado de esta manera para entrar en un coche aunque, todo hay que decirlo, el británico exige más flexiones. Sentados, y procediendo a los reglajes habituales, vemos que la visibilidad trasera es muy reducida. El 4C no está hecho para aparcar ni para que nos adelanten.
El pequeño motor de cuatro cilindros, proveniente del Giulietta Quadrifoglio Verde, pero fundido en aluminio, mejorado, reforzado y dotado de turbocompresor, ruge musicalmente detrás de nuestros oídos como en la edad de oro del automovilismo deportivo. El turbo silba y escuchamos los engranajes del cambio cada vez que pasamos de velocidad. Mientras tanto, la dirección, que no tiene asistencia, se aligera a medida que vamos ganando velocidad. Todo ello será bienvenido para los amantes de sensaciones y los puristas, los comodones y quejicas abstenerse.
Sorprendente equilibrio
La virilidad del 4C se confirma cuando empezamos a exigirle, algo a lo que invita el sorprendente equilibrio de su chasis. Esta característica, unida a su peso pluma, convierten al 4C y la calzada en un juego casi virtual. La estructura central de fibra de carbono es extremadamente rígida y los frenos nos hacen agradecer ir bien fijados a los asientos bacquets por su inopinada mordiente. El pilotaje del 4C entusiasma, pero también exige. Incluso en línea recta pide constantemente correcciones de volante. Sin embargo, mantiene incluso en los límites un buen compromiso y no puede hablarse de total radicalidad en sus maneras.
El motor ayuda mucho en el control de la máquina, su respuesta sorprende desde abajo. Con el programa deportivo, las pulsaciones sobre las levas del cambio automático, algo pequeñas y no muy fáciles de manejar, aumentan a la par que las de nuestro corazón. Incluso la transmisión dispone de un sistema Launch Control para salidas desde parado que nos dispara de 0 a 100 en ¡4,5 segundos! Y todo ello con el consumo de un turismo medio.
Ficha Técnica
Motor: gasolina, 4 cilindros
Potencia: 240 CV
Dimensiones: 3,98x1,86x1,18 metros
Consumo mixto: 6,8 l/100 km
Transmisión: automático, 6 velocidades
Tracción: trasera
Velocidad máxima: 258 km/h
Aceleración: de 0 a 100 km/h en 4,5 segundos
Precio: 53.990 euros