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El nuevo Subaru Outback, diésel y automático

    Subaru Outback


    En una nueva vuelta de tuerca en la lucha por satisfacer todos y cada uno de los gustos, Subaru ofrece ahora su tope de gama, el Outback, con motor diésel, tracción integral y cambio automático.

    ¿Está todo inventado en el mundo del motor? Creemos y esperamos que no. Y un buen ejemplo de ello es la presentación de un restyling del vehículo tope de gama de la firma japonesa Subaru: su familiar Outback, que ha "mutado" más por dentro que por fuera en esta actualización de su cuarta generación, lanzada el año 2009.

    Aunque quizá la crisis vaya a retrasar todavía unos años más su reino, todos lo tenemos más o menos claro: lo automático se terminará imponiendo a lo manual en el mundo del motor europeo. Una característica fundamental en los vehículos del otro lado del charco, y que aquí todavía consideramos como "de cierto lujo", empieza a imponerse, al menos, en los jóvenes y nuevos conductores, que serán los grandes compradores del mañana. Y una buena prueba de ello es la principal característica con la que se nos vende el lavado de cara del magnífico Outback, el mayor en tamaño de la familia Subaru, que ha conseguido reunir bajo un único chasis nada menos que un motor bóxer diésel 2.0, una tracción integral y permanente y una transmisión secuencial de siete velocidades.

    Tres opciones mecánicas con novedades

    Esta versión evolucionada del Outback se presenta con tres motores, dos diésel 2.0 (de 150 CV) y un gasolina 2.5 (173 CV). Las tres versiones comparten un sistema de tracción Symmetrical AWD (All Wheel Drive), integral y continua, mientras que el gasolina y uno de los diésel disponen de transmisión automática Lineartronic, de seis velocidades en el primero y siete en el segundo.

    ¿Alguna diferencia? Muchas y notables. Mientras en el gasolina la transición entre marchas es eficaz pero sensitiva, en el diésel es una auténtica delicia olvidar que están haciendo el trabajo sucio de sacar el máximo rendimiento al motor por ti, con unas transiciones casi imperceptibles. El añadido de las ya imprescindibles levas en el volante no hace más que acentuar la sensación de confort y seguridad, pues se le puede exigir de forma voluntaria al vehículo cualquier cosa al instante. Eso sí, se echa de menos que se pueda también cambiar desde la propia palanca.

    Hay que recalcar que Subaru se lo guisa y se lo come, norma habitual de la casa, y por ello desarrolla ella misma todos sus motores y sistemas de transmisión y tracción. Esta novedosa versión del Subaru bóxer diésel, AWD y automático, solo estará disponible para los mercados europeo y australiano.

    Por lo que respecta al diseño y elementos del vehículo, y como ya hemos dicho, pocos son los cambios que se aprecian: mejora en los materiales del interior, una nueva pantalla en el cuadro de mandos y unas mínimas mejoras principalmente en el frontal del vehículo.

    El "nuevo" Outback ya está a la venta desde 30.700 euros (con promoción ya incluida de 3.000 euros), en su versión manual diésel, y desde 34.400 en las automáticas.




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