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Nissan Cube: un diseño japonés en Europa



    La tercera generación del Nissan Cube es la primera que llega a Europa a partir del próximo mes de febrero. Se trata de un coche en el que prima por encima de cualquier otra consideración el trabajo realizado en su diseño: En Japón ha tenido un gran éxito, llegando a vender más de 900.000 unidades, conviertiéndose en un icono.

    El Nissan Cube nació en 1998 y era un vehículo más o menos inspirado en el pequeño Micra. No fue hasta la segunda generación, que empezó a venderse a mediados del 2002 en Japón cuando comenzó a diferenciarse estéticamente de lo que había en el mercado en ese momento. Dos años más tarde se mejoraba ligeramente el estilo del coche y, sobre todo, se ampliaba la distancia entre ejes, situando, como en esta última generación que viene, las ruedas en los extremos del coche.

    La tercera y hasta ahora última generación nació en el 2008, pero a diferencia de los anteriores, unos meses más tarde (mayo del 2009) comenzaba a venderse también en Estados Unidos.

    Y este el coche que ahora nos llega a Europa. No se pretende que sea un coche de grandes volúmenes (para eso ya está el Note) sino de imagen. De hecho, las previsiones para nuestro país de vender más de 1.000 unidades en un año. Debido precisamente a su diseño asimétrico de la parte posterior, no ha bastado con cambiar el volante de la derecha a la izquierda. También ha habido que hacer el mismo trabajo con el portón posterior, que abre "tipo furgoneta" y ello ha sido lo que ha retrasado su salida en el Viejo Continente.

    Crear un interior tranquilo

    Respecto al diseño exterior poco podemos decir que no se vea ya en las fotografías. Sus diseñadores han intentado crear un coche sencillo y agradable a la vista; minimalista en sus recursos. En su interior se han buscado, además de la luminosidad que da su amplia superficie acristalada, el confort y, sobre todo, crear un ambiente sereno.

    El techo solar es de serie en todas las versiones y utiliza dos tipos de techo, el tradicional, que no deja pasar la luz y otro, basado en las paredes japonesas hechas con papel de arroz, que sí deja pasar la luz. En el centro superior de la consola destaca la pantalla a color que sirve como navegador, sistema audio (MP3, Bluetooh, etc) o, en la versión más alta o como opción, cámara trasera de ayuda al aparcamiento.

    Desde luego, el Cube no es un coche que pase inadvertido. O gusta o no, pero a nadie le dejará indiferente. Y, desde luego, el fabricante no niega que se trata de un vehículo creado con idea japonesa, siguiendo sus gustos y tendencias.

    Una ventaja funcional con que cuenta el habitáculo (con capacidad para cuatro adultos) es que la banqueta trasera se puede deslizar longitudinalmente hasta 240 mm. Con un maletero pequeño, que parte de los 255 litros, se puede aumentar corriendo el asiento trasero y alcanzar los 403 litros, o 1.563 litros (hasta el techo), con los asientos abatidos.

    El portón trasero, que inicialmente se podría pensar que causará problemas cuando se aparca en línea, no es así gracias a la apertura lateral y hacia arriba, con lo que se pueden cargar los equipajes sin problemas. Para situaciones más críticas, el portón tiene tres posiciones de apertura.

    Por encima del Note

    El Cube se sitúa en el mismo segmento del Note (de hecho comparte con él muchos elementos mecánicos) aunque un escalón por encima. Sucede algo parecido a lo que ocurrirá con el más pequeño Pixo y el futuro crossover Juke, que se presentará en el próximo Salón del Automóvil de Ginebra.

    El fabricante considera que el Cube es un coche que no tiene competencia, aunque la realidad nos dice que deberá enfrentarse en Europa a modelos como el Citroën C3 Picasso, el Toyota Urban Cruiser, el Lancia Musa o el Renault Gran Modus.

    Dos propulsores

    En el apartado mecánico, nada nuevo dentro de la "alianza". El Cube utiliza dos motores sobradamente conocidos dentro del grupo, un 1.5 Cdi de 110 CV (el mismo del Clio) y un 1.6 litros, de gasolina, con idéntica potencia. En el primer caso se puede compaginar con una caja de cambios manual de cinco velocidades, mientras que para el segundo se puede elegir entre una manual de seis velocidades, o una automática, con un suplemento en el precio de 1.000 euros.

    Debido a la aerodinámica (Cx:0,35, o lo que es lo mismo, la muralla china metida en un túnel de viento), los consumos y las emisiones se ven penalizadas. En el caso del motor diésel estamos hablando de un consumo medio homologado de 5,2 litros, con unas emisiones de 135 gramos, y en el segundo de un consumo de 6,6 litros y unas emisiones contaminantes de 151 gramos de CO2 por kilómetro recorrido. Las prestaciones no importan tanto en un modelo como éste en el que las connotaciones deportivas no se contemplan.

    En su equipamiento de seguridad, de serie desde las versiones más bajas, dispone de ABS, el control de estabilidad ESP y seis airbag. En el apartado del confort, la lista de serie y opcional es interminable dadas las muchas posibilidades de personalización existentes. Algunos elementos realmente curiosos, como la luz, por led´s, de la zona de los pedales (se puede elegir color), autoadhesivos, etc.

    De cara a nuestro país, el Cube debería atraer a nuevos compradores por su diseño, crear una imagen más moderna de la marca. Se va a comercializar a partir del 1 de febrero con el motor de gasolina y un par de meses más tarde llegará el diésel. La gama se conforma con tres niveles de equipamiento y, según los estudios de Nissan España, el 65% de las ventas debiera corresponderse con la versión más equipada. Sale al mercado a un precio (caro) que parte de los 16.950 euros con el acabado Tekna y llega hasta los 18.950 euros del denominado "Pack Premium". Las versiones diésel, cuando lleguen, tendrán un sobreprecio de 1.600 euros. También para más adelante existirá la posibilidad de incorporar un sistema star&stop




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