Motor

Seat montó motores trucados en los modelos Ibiza, León, Altea y Exeo

  • El presunto engaño afectó a medio millón de vehículos 2.0 TDI entre 2009 y 2014
Instalaciones de Seat en Martorell. <i>Foto</i>: Archivo

Jordi Sacristán

Seat, la filial española del grupo Volkswagen (VW), montó los motores diésel fraudulentos del grupo alemán entre los años 2009 y 2014. El motor afectado es el 2.0 TDI, técnicamente conocido como EA 189, y la compañía lo incorporó a sus modelos mas populares fabricados en su planta de Martorell (Barcelona). Jürgen Stackmann deja la presidencia de Seat.

Se trata del Ibiza y el León, pero también otros que ya no se producen, como el Altea o el Exeo.

Seat no produce motores, sino que los compra a su matriz Volkswagen, que es la encargada de fabricarlos en plantas de Alemania, Hungría, Polonia y México. Los motores, que han pasado la homologación del Ministerio de Industria, son importados y montados en la cadena de producción de Seat, por lo que muy probablemente los ingenieros de la compañía desconocían el software que VW había incorporado al motor para pasar las homologaciones de partículas diesel NOx.

Salvando las distancias, estas partículas serían la carbonilla que emite el motor diésel que queda suspendida en el aire y puede ser respirada por las personas, pudiendo causa enfermedades.

Seat no ha querido dar una cifra sobre el número de coches fabricados en Martorell que montan este motor 2.0 TDI, pero ha sido uno de los propulsores mas promocionados por su potencia, consumo y unas bajas emisiones, que ahora se ha demostrado que no eran reales.

Un sistema efectivo de control de emisiones hubiera supuesto una perdida de potencia del motor, un mayor consumo y, sobre todo, el encarecimiento de los automóviles en unos 500 euros, lo que hubiera restado competitividad a los modelos. Según estimaciones no oficiales, entre 2009 y 2014, Seat podría haber montado entre 500.000 y 600.000 unidades del motor 2.0Tdi EA 189.

Audi, también afectado

Hay que tener en cuenta, no obstante, que estas cifras sólo incluirían los modelos Seat producidos en Martorell. La compañía también produce en esta fábrica unas 100.000 unidades anuales del modelo Audi Q3, cuyas primeras unidades también montaron motores 2.0 Tdi.

En España, además de los motores de Seat Tdi EA 189 montados aquí, habrían circulando otros de VW, como el Golf, Jetta, Passat, Beatle y el Audi A3 de importación. La estimación del sector es que por las carreteras españolas ruedan así actualmente entre 300.000 y 400.000 unidades de este tipo de motor manipulado.

El motorgate de VW se produce en un momento crucial para su filial española, inmersa en un proceso de renovación y ampliación de su gama de coches. La multinacional acaba de anunciar una inversión de 4.500 millones de euros en España, de los que 3.300 millones están destinados a Seat en Martorell y 1.200 millones a la planta de VW en Landaben (Navarra).

Los sindicatos de la compañía temen que, ante el escándalo, estas inversiones peligren y se puedan perder puestos de trabajo. Aunque son las propias filiales las que autofinancian las inversiones, lo cierto es que desde la central de Wolfs-burg podrían aplazar el calendario de inversiones para hace frente a la multa de más de 18.000 millones de dólares (16.000 millones de euros) que el Gobierno de EEUU podría exigir a VW por el engaño a los consumidores.

Temor en España

En España, se teme un efecto contagio sobre Seat, especialmente porque el grupo ha presumido en los últimos años de su política medioambiental. "El grupo Volkswagen tiene como objetivo en 2018 alcanzar el liderazgo medioambiental en la industria del automóvil. Seat trabaja en esta dirección, centrando sus esfuerzos en la reducción del impacto ambiental de su gama de vehículos", explica la compañía en sus últimas memorias tras la puesta en marcha el año pasado de un plan de sostenibilidad y eficiencia.

"La reducción de las emisiones de CO2 de los vehículos de la marca sigue siendo un objetivo prioritario en el que se han conseguido importantes avances durante el ejercicio", asegura la empresa. En este sentido, en 2014 se prohibió el uso en el proceso productivo de cinco sustancias, concretamente cuatro plastificantes y un retardante de llama. "La mejora de la eficiencia de los vehículos permitió que la marca dispusiera en 2014 de unas emisiones medias de flota menores de 120 gramos de CO2 por kilómetro y que el 17 por ciento de los vehículos producidos para el mercado de la Unión Europea tuviera unas emisiones menores de 100 gramos de CO2 por kilómetro".

Seat recortó el año pasado sus pérdidas un 56 por ciento, hasta 66 millones, y alcanzó récord de ventas al registrar una facturación de 7.497 millones, un 15,8 por ciento más que en 2013. "Es la mayor cifra de ingresos de nuestra historia", destacó el presidente de la automovilística, Jürgen Stackmann, en la rueda de prensa de presentación de los resultados anuales en Martorell el 18 de marzo. Los ingresos han aumentado un 61 por ciento en los últimos cinco años.




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