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Porsche Lohner: el primer coche híbrido tiene más de un siglo... ¡Y aún funciona!



    Todo indica que el futuro a medio plazo para la automoción apuesta definitivamente por una motorización híbrida, que combina un pequeño motor de combustión interna y uno o más motores eléctricos. La idea, que ahora nos parece revolucionaria, es casi tan antigua como los automóviles.

    Y como suele pasar, se debe a la genialidad de un adelantado a su tiempo que dejaría tras su vida un impresionante legado tecnológico y creativo. Ferdinand Porsche estaba llamado a perpetuar la empresa familiar, una forja en el antiguo Imperio Austro-Húngaro.

    Desobedeciendo a su padre, Anton Porsche, y ayudado por su madre Anna Ehrlich, derivó sus estudios en Viena hacia las nuevas tecnologías de entonces, quedando fascinado por la novedosa electricidad.

    Del tiro animal a la electricidad

    Ya trabajando en el ramo y como responsable de pruebas de los componentes eléctricos de su empresa, es contactado por Jakob Lohner. Se trataba del dueño de una prestigiosa fábrica de carros y carrozas de alta gama, que ya preveía cómo el naciente automóvil iba a acabar con la fuerza animal utilizada hasta entonces.

    Lohner consideraba los motores de explosión poco fiables, y no le faltaba razón por aquél entonces. Los motores eléctricos eran a todas luces más potentes, limpios, silenciosos y rápidos. Su sencillez les hacía más robustos y necesitaban mucho menos mantenimiento. Necesitaba un especialista para motorizar sus nuevos modelos automóviles y no se equivocó al acudir a Ferdinand Porsche.

    El entusiasta ingeniero tuvo así la oportunidad de desarrollar su primer modelo de coche, que fue un eléctrico puro, con dos motores que accionaban directamente sin transmisión alguna las ruedas delanteras (sistema motor/rueda que también debemos a este genio de origen bohemio). El Lohner-Porsche Electric Chaise sería presentado ante la asombrada sociedad en 1899.

    Pero los problemas del primer automóvil eléctrico de Porsche eran casi los mismos que los de ahora. Su peso llegaba a la tonelada, siendo las baterías responsables de la mitad de los kilos totales. Por el mismo motivo era desesperadamente lento y su autonomía no superaba los 80 kilómetros.

    Sin embargo, en aquellos días el belga Camille Jenatzy consigue superar los 100 kilómetros por hora con el primer coche "caza records", el prototipo bautizado como "Jamais Contente". La gesta asombró también a Porsche y le incitó a mejorar su idea inicial.

    Exposición Universal 1900

    Perfeccionó el sistema de motores eléctricos, incluyéndolos en la estructura de la rueda (otra idea de gran aplicación en nuestros días), y añadió a su automóvil un pequeño motor de gasolina. El objeto era animar con él un generador que producía electricidad para extender la autonomía de las baterías. ¿Les suena?

    Efectivamente, se trató del primer automóvil de motorización híbrida, que empezó a rodar nada menos que en 1900 tras ser presentado en la Exposición Universal de París. Bautizado en latín como "Semper Vivus" en contraposición al coche/torpedo "Jamais Contente" de Jenatzy, el primer automóvil de Porsche mostró el camino a los fascinados visitantes de la exposición parisina con un siglo de antelación.

    Refinado, potente y fiable, sin embargo el Lohner-Porsche sucumbió por sus costes de producción a la competencia de los cada vez más desarrollados motores de combustión, más baratos de fabricar.

    Si va usted por Stuttgart, acérquese por el Museo Porsche y podrá contemplar en directo este automóvil que se adelantó un siglo a su tiempo. Meticulosamente mantenido y restaurado por los especialistas de la marca, funciona como el primer día, tal como vimos en directo en el Salón de Ginebra de 2011 y podemos comprobar en este interesante documento en vídeo.




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