Motor
Grecia abandona miles de coches en la calle por no tener dinero para mantenerlos
Grecia ha mantenido tradicionalmente un particular idilio con el mundo del automóvil; al menos hasta antes de la recesión, cuando sus habitantes compraban más coches per cápita que sus vecinos europeos. Pero ahora, el país helénico se ha convertido en un gigantesco cementerio de vehículos, muchos de ellos premium y de último modelo, porque no sus propietarios no pueden mantenerlos. Ferrari en Grecia no vende ni un solo coche en casi dos años.
Lo cuenta The New York Times en un reportaje sobre cómo los griegos han tenido que renunciar a utilizar su automóvil particular por no poder pagar ni la gasolina. Lo ejemplifica con el caso de Giannis Zgourakis, quien hace un año se vio obligado a aparcar indefinidamente su BMW para pasarse a circular en la moto de que ya disponía. Hoy, batería del coche ha muerto y sus neumáticos han quedado inservibles
Pero no es el único, es fácil transitar zonas residenciales de Atenas y encontrar coches aparcados tapados por cubiertas de plástico y sin placas de matrículas. En los últimos días de 2013, un gran número de personas hacían cola para dar de baja sus vehículos y entregar sus plazas de matrícula ante la implantación de nuevos impuestos de hasta 5.600 euros al año para los coches de lujo para este año. Sólo entre noviembre y enero, entre la mitad de las provincias griegas recogieron 130.000 matrículas, calcula Nikolaos Nikolopoulos, un miembro del parlamento que aún presiona al Gobierno para un recuento más preciso.
Resignación es el sentimiento de todos esos dueños que renuncian a conducir su coche por falta de recursos, tal y como reconoce, Zgourakis, de 36 años, quien confía en poder rescatar su BMW cuando sanee su economía. "Me gusta pensar que sólo está durmiendo", dice para ilustrar con algo de ironía dicha frustración.
Cientos de miles de conductores ilegales
Sin embargo, no todos son tan legales como Zgourakis en Grecia. Muchos otros de sus humildes paisanos continúan circulando sin matrículas, o con una falsa, por necesidad. Hasta un exministro levantó ampollas cuando hace unos meses fue descubierto conduciendo un todoterreno de lujo con una matrícula falsificada a las afueras de Atenas. "Soy un jubilado más y yo también me he visto afectado por la crisis", se justificó Michalis Liapis, de 62 años, titular de la cartera de Cultura entre 2007 y 2009.
Los funcionarios del gobierno dicen que están tratando de acabar con los coches no matriculados, y aún más con los conductores que sí los registran pero no pueden conseguir un seguro, otra forma de ahorrar dinero: el año pasado, se 74.081 denuncias de este tipo de casos según afirma el departamento de tráfico griego, frente a las 72.930 del año anterior (en años anteriores no se llevaba este tipo de recuento).
Sin embargo, unos informes filtrados de una encuesta del gobierno indican que alrededor de 800.000 coches no disponen de seguro. Los expertos aseguran que los griegos siempre han sido muy proclives a engañar con el tema de los seguros, pero antes los vehículos no asegurados eran en su mayoría un segundo o tercer coche. Hoy en día, en cambio, " esto también se cumple para el vehículo principal", dice Konstantinos Bertsias, portavoz de la Asociación Helénica de Compañías de Seguros.
A río revuelto...
Y a raíz de esta dura situación, como suele ocurrir, ya hay quien pesca en río revuelto: algunos concesionarios griegos han visto un escape a la merma de su negocio. En lugar de importar coches de lujo, ahora hacen lo contrario: los compran por poco dinero a conductores que buscan deshacerse de los suyos y los exportan como vehículos usados a países como Alemania, una práctica a la inversa que ya ha empezado a darse también aquí, en España.
Así lo reconoce George Pappas, portavoz de Sarakakis, uno de los concesionarios de automóviles más grandes de Atenas. " Solíamos tener la segunda mayor proporción de Porsche Cayenne per capita en Europa", recuerda Pappas. "Ahora ni siquiera se ve uno solo de esos coches".