General Motors cierra en Australia y agudiza la crisis de competitividad del país
El fabricante de coches Holden, subsidiario de General Motors, anunció hoy que dejará de producir vehículos en Australia a finales del año 2017, lo que pone en duda el futuro de la industria automotriz en el país oceánico.
Con esta decisión, Holden sigue los pasos de Ford, que tiene previsto parar su producción en Australia en 2016, y de Mitsubishi, que cesó sus operaciones en 2008, y deja a Toyota como el único fabricante de coches que operará en el país.
La decisión de Holden supone la pérdida de 2.900 puestos de trabajo, unos 1.600 en la planta de producción del estado de Australia del Sur, y el resto en la del estado Victoria, aunque se calcula que afectará a unas 33.000 personas que trabajan en el sector de los componentes de vehículos. En cualquier caso, la empresa mantendrá sus divisiones de venta, la distribución de los recambios y la oficina de diseño.
El director ejecutivo y presidente de General Motor, Dan Akerson, que será relevado en enero por la flamante CEO Mary Barra, atribuyó esta medida al alto coste de la producción y el pequeño mercado doméstico frente a un mercado mundial más competitivo, según declaraciones citadas por la agencia local AAP.
Australia teme también el cierre de Toyota
Por su parte, el primer ministro australiano en funciones, Waren Truss, quien ayer exigió a Holden que aclare los rumores que circulaban desde hace días sobre este cierre, lamentó en el Parlamento de Camberra el cierre de las operaciones en Australia. "Holden ha sido una marca emblemática nacional para los australianos, una parte de nuestra herencia, algo muy importante para los australianos por muchas generaciones", señaló.
Más allá de la decisión de Holden, se teme también que Toyota decida cesar sus operaciones en Australia, lo que supondría el fin de la industria automotriz, apuntó Dave Smith, secretario nacional de la división automotriz del Sindicato Australiano de Trabajadores Manufactureros.
La semana pasada el primer ministro australiano, Tony Abbott, anunció que su Gobierno no daría ayudas adicionales a Holden fuera de los 457 millones de dólares (332 millones de euros) prometidos a la industria automotriz para el año 2016-17. Tanto Ford como Holden han recibido más de 1.087 millones de dólares (7.954 millones de euros) en ayudas públicas en la última década.