BMW quiere romper moldes en EEUU con la arriesgada ampliación de su gama diésel
Acabar con el estigma del diésel, eso es lo que quiere lograr BMW en el mercado estadounidense en los próximos años. Después de que su único modelo a gasóleo en este país, el X5, se haya situado como el segundo más vendido, la firma alemana ampliará su oferta de motores diésel en sus superventas Series 3 y Serie 5.
"El X5 se está vendiendo como rosquillas", afirma Ludwig Willisch, presidente de BMW en Norteamérica. "El próximo paso es el lanzamiento de un diésel de cuatro cilindros en la Serie 3 y otro de seis cilindros para la Serie 5 este año".
Casi un 25% de los 56.800 X5 que BMW vendió el pasado año en Estados Unidos eran diésel, colocando al todocamino grande alemán en el segundo modelo diésel más vendido por detrás únicamente del Volkswagen Jetta TDI, entre los cuales existe una diferencia de precio de en torno a 31.000 dólares.
Derribar una barrera histórica
Semejante dato ha levantado el optimismo de BMW al respecto de un combustible que Estados Unidos goza de una penetración muy débil debido a su pobre imagen gestada en los años 70, cuando los motores diésel se antojaban ruidosos, sucios e ineficientes en climas fríos y, en especial, también por culpa de su mayor precio en comparación con el de la gasolina.
La situación en Estados Unidos difiere en este punto de lo que sucede en las carreteras europeas, donde el porcentaje sobre el total de coches movidos por gasóleo ha crecido desde 1997 del 20 al 56%. Pero, además, las marcas de lujo acostumbran a ser más dependientes a este combustible que los fabricantes de masas: sin ir más lejos, dos de cada tres coches que BMW entrega en Alemania equipan motor diésel.
Los nuevos argumentos
Por todo ello, el reto de la firma de Múnich no es ni mucho menos pequeño, pero ya tiene pensado el argumento para convencer a los más críticos: dejando al margen el menor consumo que ofrece, los motores diésel ofrecen un mayor par motor, crucial para una mejor aceleración e ideal para remolcar cargas pesadas por las largas carreteras estadounidenses. ¿Podrá BMW convencer a usuarios de grandes todoterrenos y pick-ups a que se pasen a sus vehículos diésel?
"Esto especialmente importante para los norteamericanos, así que no puedo imaginar que las ventajas de un diésel en términos de par y consumo de combustible no terminen de atraer a los usuarios en Estados Unidos", considera Willisch.
Bajo la nueva denominación Clean Diésel -que la industria ha tomado como forma de adoptar un nombre más ecológico-, las ventas de coches a gasóleo se han incrementado en Estados Unidos un 25% en 2012. Aunque se trata de una cifra modesta respecto al crecimiento de otras mecánicas como la híbrida (+68%), este exponencial aumento ya está llevando no sólo a BMW, también a Mercedes-Benz o Audi a dar un empuje inédito a su apuesta por el diésel en Norteamérica. La firma de la estrella, por ejemplo, también planea ya añadir versiones diésel a su Clase C y a las gamas de sus todoterrenos GLK, GL y M en Estados Unidos.