Motor

Italia dice adiós a la 'Dolce Vita': la crisis provoca el éxodo de miles de Ferraris



    Si un Ferrari siempre se ha caracterizado, por encima de todo, por su absoluta exclusividad, hoy conducir un Cavallino es aún vez más un símbolo de distinción en las carreteras. Incluso en su país de origen, en Italia, donde los efectos de la recesión económica está llevando a mucho de sus ciudadanos a deshacerse de sus superdeportivos vendiéndolos fuera del país transalpino.

    La exportación de los coches de alto rendimiento de segunda mano se triplicó hasta las 13.633 unidades, sólo en los cinco primeros meses de 2012, según datos de la patronal Unrae. "Italia es uno de los bastiones de los coches de lujo y ahora esos vehículos están desapareciendo de sus carreteras", afirma Giuliano Noci, decano de la Escuela Politécnica de Milán. "Esto tiene un gran valor simbólico y demuestra cómo de profunda es esta crisis", señala.

    Una de las causas de esta 'fuga de supercoches' reside en una de las medidas para reducir el déficit implementadas por el gobierno de Mario Monti: el alza de los impuestos sobre la propiedad de estos automóviles lleva a un italiano que posea, por ejemplo, un Lamborghini Aventador, a pagar 8.400 euros al año sólo en impuestos. Además, hacerse con estos vehículos ya no sirve a los italianos, como antes, para blanquear dinero; los enormes esfuerzos de la Administración Monti por acabar con el fraude fiscal han supuesto un mayor control sobre los propietarios de superdeportivos, que deben acreditar ingresos suficientes para su adquisición. Todo ello ha desencadenado que muchos de estos dueños se hayan deshecho de sus lujosos coches.

    Este éxodo acentúa aún más la profunda caída de la demanda de supercoches de Lamborghini y Ferrari, precisamente esta última la marca más rentable del grupo automovilístico italiano por excelencia, Fiat. Sólo en el país transalpino, las ventas de estos vehículos de lujo han caído un 47% desde que comenzara la crisis en 2008, con sólo 593 unidades cuando acabe este 2012, según previsiones de IHS Automotive.

    Un drama para Fiat

    Estas cifras han obligado a Fiat a tener incluso que suspender temporalmente sus inversiones en Italia. Su consejero delegado, Sergio Marchionnne, podría anunciar próximamente el cierre de otra factoría, después del de la planta de Sicilia el año pasado.

    El debilitamiento del mercado local de coches de superlujo podría llevar al grupo italiano a plantearse derivar su negocio cada vez más hacia países dónde aquél sea más fuerte y tenga más posibilidades de crecer, como China o EEUU. No le queda más remedio, pues la empresa de Marchionne, hasta ahora, se dedicaba a compensar las pérdidas que le daban otras marcas del grupo como Fiat con los amplios beneficios que le reportaba Ferrari.




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