Fiat Topolino, coche 'del popolo'
Fue el vehículo que permitió la movilidad a la clase media europea, el más barato, el más pequeño y el de menor consumo, durante los duros años que precedieron a la Gran Guerra, a la que sobrevivió.
A comienzos de la década de los treinta el fabricante de automóviles Fiat, a instancias del primer ministro italiano, Benito Mussolini, comenzaba a trabajar en un proyecto que se materializaría en el nuevo Fiat 500 A y que pasaría a la historia como Topolino, "ratoncito" traducido al español.
Mussolini, a imagen y semejanza de su colega Hitler, deseaba su propio coche para el pueblo. Barato, práctico y con un consumo lo suficientemente reducido como para que la mayoría de la sociedad pudiera permitirse viajar en él.
La petición de Mussolini llegó a Ángelli, por entonces senador y jefe de Fiat, quién encomendó a Dante Giacosa, como director del proyecto, y a Rodolfo Schaffer, la tarea de diseñar un coqueto vehículo biplaza que no supusiera un desembolso mayor de 5.000 liras por unidad.
El primero de ellos fue el encargado de la parte mecánica, mientras que el segundo se ocupó de la imagen. Finalmente, en 1936 comenzaba la fabricación del Fiat Topolino, un coche con un motor delantero de cuatro cilindros y apenas 569 cc de capacidad, pero suficientes para desarrollar una potencia de 13 CV y alcanzar una velocidad máxima de algo más de 80 km/h. Que diera una baja cifra de consumo fue un objetivo durante todo el proyecto, tras diversos ajustes técnicos en cuanto a transmisión y algunos trucos, como aligerar su peso agujereando el chasis, finalmente el dato oficial era de 6 litros a los 100 km.
Superaba por 215 centímetros los tres metros de longitud, un coche sorprendentemente pequeño para su época y era capaz de albergar dos pasajeros con su equipaje, siempre y cuando éste no superase los 50 kilos de peso. Desde luego, la mecánica no daba unas cifras de vértigo en cuanto a prestaciones, su interior resultaba bastante básico y aunque finalmente salió al mercado por un precio superior a las 9.000 liras, asequible para los años treinta, se convirtió rápidamente en un líder de ventas.
Italia no fue su único mercado. Por las carreteras de Francia, Holanda, Polonia o Alemania, circulaban los Fiat 500 A, il Topolino o, digámoslo de otra forma, coches idénticos a él pero, en algunos casos, bajo el nombre de otro fabricante, como es el caso de Simca en Francia.
Tres generaciones en 20 años
Un total de 520.000 Topolino fueron fabricados durante su larga existencia. Desde 1936 hasta 1955, casi veinte años, con tan sólo tres cambios o generaciones. La primera de ellas se mantuvo vigente hasta 1948, es más que probable que hasta que no acabó la segunda Guerra Mundial hubiera alguien que pudiera sentirse animado a producir un nuevo coche aunque la base ya estuviera creada.
El Fiat 500 B fue presentado en el Salón de Ginebra de 1948. Esta nueva generación aportó, sobre todo, cambios mecánicos. El motor, los frenos, la suspensión y los componentes eléctricos eran completamente nuevos. Los mismos 539 cc de capacidad con una potencia de 16,5 CV, ahora aportaban grandes mejoras en prestaciones. Con él se podía ir a una velocidad máxima de 95 km/h y su consumo medio se redujo hasta los 5 litros a los 100 km/h.
Por fuera era prácticamente igual a su predecesor, sin embargo su interior fue actualizado, mejorados los materiales, un nuevo volante, más accesorios... en definitiva, ésta fue el preámbulo de una nueva versión que sería presentada tan sólo doce meses más tarde.
Evolución hacia nuevas exigencias
El 500 C se mantuvo en el mercado desde 1949 hasta 1955, fue la última y conocida como la base del popular Fiat 600, su sustituto. Más adaptado a los gustos de los años 50, se apuntó a la moda de disponer de un compartimiento en la parte trasera para la rueda de repuesto.
Hasta entonces no era raro ver un Fiat Topolino biplaza ocupado por cuatro o cinco personas, por lo que Fiat decidió alargar el chasis e introducir la carrocería Giardiniera, para cuatro personas, por la que los usuarios debían renunciar a las prestaciones conocidas y asumir un pequeño aumento en los consumos.
Gracias a lo cual el 500 B ha pasado a la historia como la versión con mejor relación mecánica-consumo, aunque imaginar a tanto personal dentro de tan pequeño coche... probablemente al tratar de alcanzar la cima de una pendiente, el método más rápido fuese que los pasajeros llevaran el Topolino y no al revés.