Saab solicita la reorganización voluntaria a la espera de los inversores chinos
El fabricante de automóviles Saab Automobile presentó hoy ante un tribunal una solicitud para reestructurar la empresa y suspender los pagos para protegerla de sus acreedores por la falta de fondos para afrontar sus demandas.
El objetivo es asegurar la "estabilidad a corto plazo" y permitir la llegada de nueva financiación de sus inversores chinos Pang Da y Youngman, señaló en un comunicado Swedish Automobile, firma holandesa que compró la empresa sueca hace un año a la estadounidense General Motors.
Saab, propiedad de Swedish Automobile (antigua Spyker), explicó que la Justicia sueca nombrará un administrador concursal que asumirá la gestión de la empresa de forma conjunta con la actual dirección. Además, el Estado sueco garantiza el pago de los salarios a los trabajadores. La solicitud de reconstrucción afecta también a las filiales Saab Automobile Powertrain y Saab Automobile Tools.
Saab Automobile ya había presentado una demanda similar a los tribunales en febrero de 2009, y entonces permaneció bajo administración judicial durante seis meses, hasta que General Motors anunció un acuerdo de venta con el fabricante sueco de automóviles de lujo Koenigsegg, que finalmente se rompió.
La primera solicitud a los tribunales llegó sin embargo en una situación distinta, ya que se produjo después de que General Motors anunciara su intención de vender su filial y mientras ésta tenía varios modelos nuevos preparados.
La firma sueca no detuvo tampoco en ningún momento su producción, mientras que ahora la producción permanece parada en la práctica desde hace cinco meses, con varios intentos fallidos de reanudarla en ese tiempo.
Y entonces General Motors accedió a pagar la mayor parte de las deudas con las acreedores de su filial sueca, a la que los tribunales permitieron aplazar dos años el pago del 75 por ciento de su deuda y a afrontar sólo a corto plazo el del 25 por ciento restante.
No puede pagar a sus empleados
La situación económica es ahora tan delicada que Saab Automobile no sólo no tiene dinero para pagar a sus acreedores, sino que aún no ha podido pagar la nómina de agosto a sus empleados.
La dirección de Saab Automobile cuenta con poder presentar un plan concreto de reconstrucción en las próximas tres semanas y solicitará también el aval del Estado sueco para poder pagar las nóminas a sus empleados.
Si el tribunal de Vänersborg, al sur de Suecia, autoriza la solicitud, Saab Automobile tendrá tres meses, prorrogables, para reconstruir la empresa.
La situación de la firma sueca ha ido empeorando progresivamente en los últimos tiempos ante su falta de liquidez y la imposibilidad de poder reanudar de forma estable la producción.
Saab Automobile, que ha recibido un préstamo de 400 millones de euros del Banco Europeo de Inversiones (BEI), avalado por el Gobierno sueco, ha tenido que vender incluso parte de sus bienes inmuebles para obtener fondos.
Todo ello ha desatado los rumores en los medios suecos sobre una quiebra inminente que provocaría la desaparición del prestigioso fabricante.