Fórmula 1

Hamilton y Rosberg no son únicos: los apretados finales de F1 más 'fraternales'

    Hamilton vs. Rosberg, uno de los finales 'fraternales' más apretados de la historia | EFE


    El próximo domingo día 23 el Gran Premio de Abu Dhabi verá la lucha 'fraternal' entre los dos pilotos de Mercedes, el británico Lewis Hamilton y el alemán Nico Rosberg, por llevarse el Mundial de Fórmula 1 2014. No es nada usual que dos compañeros de equipo lleguen a la última prueba del Mundial siendo los dos únicos aspirantes al título. ¿Nada? Pues más bien no, porque hasta en seis ocasiones se ha dado esta circunstancia, emocionante donde los haya, en el Campeonato del Mundo de Fórmula 1.

    1950: Farinna pasa a Fangio

    En la primera edición del Mundial de Fórmula 1 ya se dio esta circunstancia. Eran desde luego otros tiempos, de pilotos, de coches y sobre todo de organización. Solo puntuaban los cinco primeros coches clasificados (con 8, 6, 4, 3 y 2 puntos), además de otorgarse otro punto adicional al piloto que consiguiera la vuelta rápida de carrera. Además, de las siete pruebas que componían en Mundial (nada que ver con las 19 de la actualidad), tan sólo contaban para la clasificación final las cuatro mejores actuaciones de cada piloto, descartándose las tres peores.

    Así, a la última prueba (el Gran Premio de Italia, en Monza) llegaba destacada el argentino Juan Manuel Fangio, con 26 puntos, cinco más que sus compañeros de equipo en Alfa Romeo, los italianos Giuseppe Farina y Luigi Fagioli, en la única ocasión en la que los tres pilotos de un mismo equipo optaban a la victoria del Mundial en la última prueba. El argentino era claro favorito, pues no solo le bastaba ser segundo, sino que encima ganó la pole position. Sin embargo, un problema en la caja de cambios obligó a retirarse al que luego fue pentacampeón mundial en beneficio de 'Nino' Farina, que se convirtió así en el primer campeón mundial de Fórmula 1.

    1961: muerte en Monza

    A la última carrera del Mundial de Fórmula 1, el Gran Premio de Estados Unidos, no acudieron los dos primeros clasificados del Mundial. El campeonato se había dilucidado en la penúltima carrera, el Gran Premio de Italia, por supuesto en Monza, por la trágica circunstancia del accidente del piloto alemán de Ferrari Wolfgang von Trips, que en la segunda vuelta se había estrellado contra una de las tribunas del mítico circuito italiano, con el resultado de 15 espectadores muertos, además del propio piloto alemán.

    A pesar de todo (qué tiempos aquellos) la carrera no se paró, y el triunfo final fue para el compañero de equipo del alemán, el norteamericano Phil Hill, que de esa forma adelantaba en un solo punto a su difunto coequipier. El deporte a veces deja episodios tan poco humanos como estos. Como es lógico, el equipo Ferrari decidió no emprender el largo viaje hasta Estados Unidos para disputar la última prueba del Mundial.

    1967: entre oceánicos anda el juego

    El Mundial de Fórmula 1 concluía en 1967 en el circuito Hermanos Rodríguez de México D.F. El título se lo disputaban dos pilotos de las antípodas, el mítico australiano Jack Brabham y su compañero de equipo (en la escudería del propio Brabham), el neozelandés Denny Hulme. Y aunque Brabham optaba a su cuarto título mundial, fue el 'segundo de a bordo' el que impuso su ventaja en el Mundial (llegaba con cinco puntos de ventaja a la cita mexicana), y con ser tercero le bastó, mientras Brabham era segundo detrás de otro mito, el británico Jim Clark. Es la única ocasión en que un piloto de Nueva Zelanda ha ganado el Mundial de F1.

    1984: Niki Lauda, por medio punto

    Nunca un Mundial estuvo tan apretado: ¡medio punto de ventaja le sacó el gran Niki Lauda a Alain Prost! Los dos pilotos de McLaren llegaron a la última cita del Mundial separados por tres puntos y medio, con lo que al austriaco le bastaba con ser segundo en la última prueba, el Gran Premio de Portugal, en el circuito de Estoril. Y así ocurrió: Prost, primero; Lauda, segundo, con lo que uno de los pilotos más famosos de la historia lograba su tercer y último título mundial.

    Aquella tarde en Portugal, Prost bien debió acordarse del inmenso aguacero que había caído meses antes durante la celebración del Gran Premio de Mónaco, y que obligó a parar la carrera, otorgando la mitad de los puntos en juego. Prost, que marchaba en primera posición, sumó por tanto tan solo 4,5 de los nueve puntos que había en juego, mientras que Lauda no sumó nada al haberse retirado. Cosas de los fenómenos atmosféricos.

    1988: ganó el que menos puntos consiguió

    La reglamentación de la Fórmula 1 siempre se ha distinguido por su complejidad. El sistema de puntuación (como hemos podido ver esta misma temporada) cambia cada demasiado poco tiempo. Así, en 1988, los pilotos solo contaban para la clasificación con sus mejores 11 actuaciones en las 16 pruebas del Mundial.

    De esta forma, ese año se dio la paradoja de que Alain Prost, a pesar de conseguir en total 105 puntos por 94 su compañero en McLaren, el brasileño Ayrton Senna, no pudo ganar el Mundial, pues aplicando la norma de los 11 mejores resultados, Senna totalizó 90 puntos (ocho victorias y tres segundos puestos), por 87 de Prost (siete victorias y cuatro segundos puestos). El Mundial se resolvió en la penúltima prueba, el Gran Premio de Japón, donde Senna logró su octava victoria. En Adelaida, en el G.P. de Australia, Prost al menos logró consolarse con su séptima victoria, por delante del sempiterno brasileño.

    1989: aquella chicane en Suzuka

    El de este año fue sin duda el final de Mundial más polémico de la historia de la Fórmula 1. Una vez más, los dos mejores pilotos, Prost y Senna, compañeros en el mejor equipo, McLaren, llegaban a la penúltima prueba del Mundial, siendo los únicos pilotos con posibilidades de ganar el Mundial, si bien la ventaja del francés (16 puntos) parecía casi insalvable. Por eso, el brasileño se empleó a fondo bajo la sempiterna lluvia japonesa, y cuando perseguía como un descosido al francés en la vuelta 46, a tan solo siete del final, ambos monoplazas se 'engancharon' en medio de una chicane, con el resultado de abandono de Prost y Senna, con el coche muy dañado, rumbo a boxes, donde le cambiaron el morro.

    Comenzó entonces uno de esos episodios épicos de la Fórmula 1, donde el mito brasileño fue capaz de adelantar a cuatro monoplazas en las vueltas finales para conseguir una victoria que hubiese sido épica... de no ser descalificado, pues la FIA consideró que, tras colisionar con Prost, Senna se había saltado una chicane en su desesperado intento por volver a pista. De esa forma, Prost era campeón matemático y la última prueba, el Gran Premio de Australia, fue un mero trámite, donde ambos McLaren además terminaron retirándose. Un año después, con Prost ya en Ferrari, se repitió la historia, también en el Gran Premio de Japón, penúltima prueba, con Senna y Prost chocando nada más comenzar la carrera. Solo que esta vez el abandono mutuo benefició a Senna, que logró su tercer y último Mundial.

    2014: doble o nada

    Y llegamos a la actualidad, con los dos pilotos de Mercedes, Lewis Hamilton y Nico Rosberg, jugándose el Mundial en Abu Dhabi, donde además se estrena la novedad de que la puntuación vale doble, con 50 puntazos en juego para el ganador de la carrera. De esta forma, y como el inglés disfruta de 17 puntos de ventaja sobre el hijo del mítico Keke Rosberg (334 por 317 puntos), Hamilton correrá con el viento a favor, pues le valdrá con ser segundo si su compañero gana la carrera.

    Si por el contrario Rosberg es segundo, a Hamilton le valdrá con ser quinto; si el alemán es tercero, al inglés le valdrá con la sexta posición. Y si Rosberg es cuarto o quinto, a Hamilton le valdrá con ser octavo o décimo, respectivamente. Gane quien gane, que la emoción sea protagonista hasta el último paso por línea de meta.




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