Fórmula 1

La primera guerra del año en la Fórmula 1: Jaime Alguersuari vs Sebastien Buemi

    El piloto de Toro Rosso, Jaime Alguersuari | Foto: Archivo


    El piloto español de la escudería Toro Rosso, Jaime Alguersuari, y su compañero, Sebastien Buemi, se han enzarzado en una guerra de declaraciones, motivada por la presión de estar en el equipo satélite de Red Bull.

    Ambos empiezan la temporada con una enorme motivación (poder ocupar el puesto de Mark Webber en la escudería campeona del mundo en caso de que el australiano deje el equipo), pero también con el inconveniente de saber que por detrás viene apretando fuerte el joven piloto Daniel Ricciardo, que a sus 21 años es la gran promesa de la marca de bebidas energéticas.

    Según informa El Mundo Deportivo, Alguersuari y Buemi no se dirigieron la palabra en las 12 horas del vuelo que les trasladó de Australia a Malasia para disputar el próximo Gran Premio del campeonato. Días antes, las frases controvertidas entre ambos pilotos fueron una constante.

    Fue una lástima que mi compañero y yo nos tocáramos en el primer viraje. No es la primera vez que sucede. Hemos hablado de ello, de su error en Melbourne. Cada cual tiene su opinión, pero espero que a partir de ahora se comportará de forma correcta y me respetará", aseguró el piloto suizo tras el Gran Premio.

    Alguersuari respondió inmediatamente, negando todo lo declarado por su compañero. "Yo me toqué con Schumacher, pero no tengo nada que ver con lo que pasó entre Buemi y Heidfeld. Estaba detrás de ellos y vi lo que pasó", afirma.

    Pero el catalán no se quedó ahí y fue más allá. "Creo que yo soy más completo que él", ha asegurado en varias ocasiones. "Seb tiene un gran talento y es capaz de marcar un gran tiempo, pero en Fórmula 1 no sólo cuenta eso, cuentan muchas más cosas", matiza.

    Lo único evidente es que, desde la llegada del barcelonés al equipo, a mediados de la temporada 2009, Buemi ha logrado un total de 13 puntos en el campeonato mundial, y Alguersuari únicamente 4. Y todo apunta a que la batalla en el equipo no ha hecho más que comenzar.


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