Descontento general de los fabricantes respecto a Bruselas
En el marco del Salón del Automóvil de París, responsables de grandes fabricantes de automóviles han manifestado su descontento con la forma que tiene Bruselas en cuanto a legislar en la materia medioambiental que les compete.
Martin Winterkorn, presidente del grupo Volkswagen abrió fuego en las quejas al declarar que no estaba de acuerdo con la intención del gobierno de la Unión Europea de rebajar aún más los niveles de emisión fijados hasta ahora.
Expuso que son los únicos fabricantes que se han fijado un estricto límite de 95 gramos por kilómetro previsto para sus marcas y modelos en el año 2020. Asimismo reivindicó que a su compañía, rebajar un gramo por kilómetro de emisiones le cuesta 100 millones de euros de inversión en investigación, desarrollo y aplicación de las nuevas tecnologías anticontaminantes. Esto supone para el máximo responsable del grupo alemán un esfuerzo titánico, muchas veces ignorado por las administraciones públicas. Quiso resumir gráficamente el problema con el dicho de que "No se puede dar el tercer paso sin haber dado antes el primero".
La única vía son los coches híbridos
La opinión de Martin Winterkorn fue refrendada ante los medios de comunicación por Francisco Pérez Botello, presidente de Volkswagen-Audi España, cuantificando que de los 85.000 euros que el grupo tiene previsto invertir hasta 2018, dos tercios de esa cantidad irán destinados a la reducción de emisiones contaminantes.
Ante todo ello, los fabricantes piensan que Bruselas no debería endurecer unas medidas que sin lugar a dudas perjudicarían el desarrollo y la competitividad de la industria automovilística europea.
Pero no solamente se alzaron voces en este sentido en Volkswagen, ya que Sergio Marchionne, consejero delegado de Fiat-Chrysler, también apuntó sus quejas hacia Bruselas. Según el directivo italiano, la Unión Europea ha rebasado el límite en cuanto a sus exigencias al sector, ya de por sí muy perjudicado por la baja rentabilidad en los últimos años. Según Marchionne, la industria automovilística europea ya no estaría en condiciones financieras de asumir nuevas rebajas en las exigencias legislativas de gases contaminantes.
En algo en lo que parecen también estar de acuerdo los altos directivos de las marcas es que la única vía para reducir en la actualidad los niveles de gases contaminantes es la tecnología híbrida que combina motores de combustión con los eléctricos.