La deuda, un problema político

La deuda pública española ha superado toda la cifra de nuestro PIB por primera vez en muchos años, lo que supone un fuerte revés para nuestras cuentas. No es el único país comunitario al que le ocurre esto. Lo que debemos, no cabe la menor duda, es una cantidad desmesurada, pero que es solucionable con un control y una planificación correcta. Sin embargo, miedo da ver que nuestros políticos andan más preocupados con prometer y no arreglar. ¿Por qué este año se nos ha ido el déficit? Simple y llanamente porque es un año electoral y los políticos prometen lo que no es suyo y dan como si lo sacaran de un pozo sin fondo y no es así. Otro año electoral como el actual supondrá que los ajustes no lleguen adecuadamente y se gaste por encima de lo que se ingresa. Si a eso le sumamos el descontrol político (por llamarlo de manera suave) sobre los fondos, nos encontramos con estos resultados, que sirven a los políticos de todo el arco parlamentario para poner en entredicho la política económica actual. Por concluir, el problema de la deuda no es económico es político y tiene solución con una planificación seria y rigurosa. La duda es si tenemos esos políticos capaces de llevarlo adelante, cuando permanentemente los vemos preocupados de mezquindades.

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