La vivienda sigue cayendo sin saber hasta cuándo y hasta cuánto
Los precios de la vivienda siguen cayendo, no de manera estrepitosa, como a algunos les hubiera gustado, sino más bien escalonadamente y dentro de un proceso de ajuste, que en ningún momento ha creado alarmas.
Ciertamente estos meses próximos la vivienda tendrá una tendencia desigual, pues hasta el 31 de diciembre se mantiene la deducción fiscal en el IRPF. Y a partir del 1 de enero de 2011, ya sin deducción fiscal, sí que podremos ver fuertes descensos en los precios, ligados a una caída brusca de la demanda. Ese será el momento en que comenzará el proceso de ajuste de los precios de la vivienda.
El precio medio de la vivienda en España, con sus 2.451 euros/metro cuadrado, sirve de poca referencia, pues las diferencias entre las distintas ciudades españolas son muy grandes. Y mientras que en Madrid esa cifra casi llega al doble, en otras ciudades no alcanzan a la mitad. Y de nuevo se cumple que esas estadísticas no sirven de mucho, cuando se ofrecen de forma global.
Lo mismo ocurre con la bajada de precios. Se ha conocido, con los datos oficiales del Ministerio de la Vivienda, que los precios han descendido un 12 por ciento desde sus niveles máximos, a finales de 2007. Este dato, sin duda, marca una tendencia del mercado. Pero sólo nos sirven para eso, para indicarnos una tendencia, porque no son lo mismo los resultados que se están produciendo en Madrid, que en Soria, por ejemplo.
Los responsables del Ministerio de la Vivienda consideran que el proceso de ajuste de los precios no están todavía cerrados y que se producirán nuevos descensos. Todo un Ministerio dedicado a llegar a esas conclusiones parece innecesario y resultaría más beneficioso si sus análisis se dedicarán a estudiar cuáles serán los beneficios que tendrá el sector con la retirada de la deducción del IRPF; o si buscaran nuevos incentivos a la compra de casas; o si en época de crisis, como la actual, tuvieran alguna alternativa para la adquisición de viviendas; o si supieran como ayudar a los promotores para que, al menos, se pudieran terminar edificios ya empezados y que se han quedado en la estructura; o si facilitarán que los Bancos concedieran créditos; o si…
Cuando en años de bonanza la vivienda marcaba los debates políticos, ahora con las mismas necesidades, o al menos eso debe suponerse, no tiene ni una mención en la boca de los políticos. Todo hace pensar, por tanto, que nos sobra ese Ministerio, como primera medida y se podría sacar alguna conclusión más.