Cárcel de mujeres: la piscina de Carme Forcadell a una hora y media de Barcelona
Informalia
La ex presidenta del Parlament y la exconsellera de Trabajo Dolors Bassa han abandonado este miércoles la cárcel de mujeres de Alcalá de Henares (Madrid) e ingresarán en las próximas horas en la prisión Puig de les Basses, en Figueres (Girona), donde le esperan con lazos amarillos y con todo tipo de comodidades entre rejas.
Piscina al aire libre, canchas deportivas en exteriores y cubiertas, salas de talleres educativos y culturales y con hospital. Así es la prisión donde ingresarán Carme Forcadell (62) y su compañera. Esta cárcel es una de las más lujosas de Cataluña y también de las más nuevas.
La prisión se empezó a construir en 2010 y, aunque las obras se terminaron un año más tarde, no se inauguró hasta hace cuatro años, ya que el entonces presidente de la Generalitat, Artur Mas, retrasó su apertura para evitar más gastos.
Diseñada por los arquitectos Jordi Fabré y Mercè Torras, esta prisión, con 61.642,43 metros cuadrados construidos, tiene 17 edificios, que cobijan nueve módulos en forma de 'U' de vida ordinaria más uno de ingresos con 24 celdas con duchas propias, uno de régimen cerrado, una enfermería con 22 habitaciones y una unidad psiquiátrica con 24 habitaciones.
En todos los módulos residen hombres, excepto en uno, que es de mujeres. Allí será donde se instalen las presas políticas. La cárcel tiene capacidad de 922 presos, pero en la actualidad hay 734 internos, 35 de ellos mujeres.
El edificio se organiza a través de un camino central de directriz longitudinal, separada principalmente en dos partes: por un lado los módulos y por otro lado el taller, el hospital, centro cultural y deportivo etc. El centro está rodeado de una zona de seguridad tras la cual se han colocado otros edificios destinados a la dirección, control y acceso de los visitantes.
Una vez en prisión, la rutina de las internas preventivas será la misma que la de los presos que cumplen condena, con la única diferencia de que no participarán en actividades especializadas de intervención en un delito, ya que no están condenados.
El régimen de visitas será parecido al que tenían en la cárcel de Alcalá. Comunicaciones por cristal o locutorio con familiares y amigos, de 40 minutos semanales, que podrán dividir en dos, si prefieren, los fines de semana.