Los fans: el chollo de Isabel Pantoja

No hay nada como tener un ídolo, una reina, un "hada madrina con bata de cola". Eso es Isabel Pantoja para un selecto grupo de seguidores que se encarga de que a su cantante favorita no le falte de nada, ni dentro ni fuera de Alcalá de Guadaíra.

Isabel Pantoja levanta pasiones. Y si no, que se lo digan a su club de fans, que son capaces de hacer verdaderas locuras, a veces a espaldas de la propia cantante, para verla feliz. Desde que la artista ingresó en la prisión sevillana de Alcalá de Guadaíra, las muestras de afecto de sus seguidores y sus aportaciones económicas al selecto club se han incrementado notablemente.

Al parecer, a la cuota fija de 10 euros mensuales se ha añadido un extra de 20 euros para poder recaudar cantidades de tres a seis mil euros. Este dinero ha sido empleado para reformar la cocina y la piscina de Cantora la pasada primavera, regalarle a Kiko Rivera una chaqueta de cuero por su cumpleaños en febrero o pagar el tratamiento veterinario del perro, valorado en 750 euros.

Pero eso no es todo. Los fans de Isabel Pantoja se personaron en la finca sevillana de la artista para pintarla y ahorrarle a Agustín la contratación de unos pintores profesionales, han enviado camiones de comida a Cantora y hasta han escrito un bonito cuento basado en la vida de la artista titulado 'Un hada madrina con bata de cola'.

Los más incondicionales defienden su devoción, pero hay otros que ahora se preguntan dónde ha ido a parar su dinero, ya que no todos los proyectos que se plantearon se han materializado ni las aportaciones para ellos se han reembolsado. Por ejemplo, 180 euros por persona para asistir a un concierto en el Palacio de los Deportes de Madrid (que actualmente se denomina Barclaycard Center) que finalmente se canceló o una bata de cola valorada en 6000 euros de la que nadie sabe ya nada. Además, aseguran que la cuenta en la que se ingresaban las cuotas, de La Caixa, ha sido cancelada sin previo aviso. Un nuevo capítulo en el 'culebrón Pantoja' que, de momento, no parece tener fin.