Los alcistas siguen al mando del mercado después del contundente golpe de Estado del martes y, sobre todo, el miércoles (la mayor subida de Nueva York en 2007). Después de este acelerón, lo normal habría sido una cierta corrección. Pero nada de eso. Es verdad que la subida se moderó -sólo faltaría eso-, pero de caída, nada. Y eso es un claro signo alcista.
Después de una sesión con varios altibajos, el Dow Jones cerró con un alza del 0,17%, el S&P 500 apenas avanzó el 0,05% y la subida del Nasdaq alcanzó el 0,20%. Ahora bien, a pesar de esta demostración de fuerza, lo importante sigue siendo la batalla que se va a librar en breve. Una batalla en la que los índices deben demostrar si han hecho suelo y retoman la tendencia alcista o si esto es un mero rebote antes de volver a bajar. Y hay argumentos para las dos cosas.
Ayer, la referencia más importante fue la revisión al alza del PIB del tercer trimestre hasta el 4,9%. Ahora bien, el ajuste se debe a los inventarios y estaba previsto por el consenso. Aparte, las ventas de viviendas nuevas rompieron su tendencia a la baja, pero aquí también hay truco: la mayor bajada de precios en 26 años. Pero el mercado no hizo demasiado caso a estas noticias, puesto que sigue obsesionado con la nueva bajada de tipos que prometió ayer la Fed para el 11 de diciembre.
Las empresas siguen de mal en peor. Sears anunció una caída del 99% en su beneficio sin ninguna esperanza de recuperación a corto plazo, y el valor se desplomó el 10,5%. Tras el cierre, Dell presentó un crecimiento del 27%, por debajo de lo esperado (el valor cayó con fuerza en el 'after hours').
El petróleo recuperó terreno inicialmente tras el batacazo de los últimos días y llegó a un máximo de 95,17 dólares, pero se volvió a desinflar y cerró en 91,04. El oro tampoco pudo remontar y volvió a perder los 800 dólares. El dólar mantuvo el tipo pese a las expectativas de bajada de tipos y a datos de inflación en Europa tan malos como el español. El euro perdió los 1,48 dólares y acabó en 1,4755. Los bonos rebotaron en precio, con lo que su rentabilidad bajó otra vez del 4%.