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¿Un desplome del Nasdaq similar al de 2000 en octubre de 2006? Hay quien apuesta por ello

Ainhoa Giménez, Bolságora
12/10/2006 - 0:16

La euforia de Wall Street y los nuevos máximos históricos del Dow Jones casi siete años después de los anteriores no han rendido a algunos bajistas, que siguen augurando la llegada del Apocalipsis. Uno de ellos es Harry Shultz, un octogenario analista norteamericano muy popular en Wall Street.

Su alerta tiene más relevancia puesto que Shultz no es un permabear (siemprebajista) que cree que estamos en una tendencia bajista de largo plazo y que se ha perdido toda la subida desde 2003 (hay muchos de éstos, aunque ahora están escondidos debajo de las piedras). Al contrario, este analista lleva ganado con su cartera un 31,9% en los últimos 12 meses, el triple de lo conseguido por cualquier índice de Nueva York.

En el número de octubre de su newsletter (que lleva publicando 42 años), Shultz avisa de que, históricamente, octubre ha sido el mes favorito de los grandes crashes del mercado. Hasta ahora, había sido alcista en el mercado norteamericano, pero ahora está convencido de que el chart del S&P 500 muestra una cuña ascendente de implicaciones bajistas, a la que no queda mucho recorrido: el mercado saldrá al alza o romperá esta formación a la baja en octubre.

Respecto al Nasdaq, reconoce que tiene un aspecto más sólido, pero considera que estamos posiblemente a punto de ver un batacazo similar al de 2000. Entonces lo causaron las puntocom y ahora la causa del derrumbe será el pinchazo de la burbuja inmobiliaria en agosto y septiembre. Y avisa: si las bolsas de EEUU caen, el resto del mundo irá detrás.

La Casa Blanca decide

Shultz insiste en la peligrosidad de octubre, al que considera el mes con más riesgo de la historia moderna, nada menos. Ese peligro viene de las elecciones legislativas en EEUU, que se celebrarán el 7 de noviembre. La proximidad de esta cita puede hacer que Washington tome decisiones peligrosas en el terreno geopolítico, puesto que EEUU está embarcado en dos guerras que no puede ganar y siente que debe hacer algo. Pero cualquier cosa que haga puede ser catastrófica y eso convierte los escenarios aparentemente ilógicos en posibles.

Entre esos escenarios, este analista incluye un ataque de EEUU o Israel sobre Irán, a Rusia invadiendo Abjasia u Osetia del Sur, una invasión china de Taiwán, una megaprueba nuclear de Corea del Norte (e incluso un ataque a Corea del Sur), y un golpe de Estado en Pakistán. Debido a las ataduras de EEUU, octubre ofrece barra libre para este tipo de movimientos, en su opinión. A los que le dicen que estas cosas son imposibles, él responde que quién esperaba la guerra de Irak.

Su conclusión es que, si alguno de estos acontecimientos llega a ocurrir, las materias primas y el petróleo se dispararán al alza; en especial en el caso de un ataque a Irán, que provocaría el cierre del estrecho de Ormuz y una subida de hasta el 50% del barril en un día. Por ello, su recomendación es invertir en este mercado y en valores petroleros y mineros.

Más allá de octubre, sus previsiones son igual de negras: cree que la economía está atrapada entre una inflación drástica y la deflación, y que cualquiera de ellas llegará de repente. A su juicio, el endeudamiento sin precedentes de las familias y una creación de dinero récord hacen explosiva la situación actual. En cualquier caso, su gran apuesta sigue siendo el oro, al que pronostica en 1.000 dólares dentro de 18 meses.

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