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Recomiendo comprar para la cartera agresiva BERKELEY.

Comienza la semana y se espera una corrección tras los máximos de la pasada

Bolságora
2/10/2006 - 1:08

La anterior semana no se murió Bin Laden (que se sepa) y el temor a la recesión no hizo sino incrementarse con la mayoría de los datos económicos publicados. Pero el mercado decidió ignorar estos temores, al menos hasta el viernes, y confiar en el escenario del aterrizaje suave.

Por ello, el Dow Jones logró tocar su máximo histórico de enero de 2000. El Ibex superó el suyo, pero el nuestro es un caso aparte por el desmadre corporativo vivido en una semana que pasará a la historia económica de España.

En todo caso, la mayoría de los analistas en Wall Street piensa que todo tiene un límite y que, con el panorama actual, hace falta cierta corrección antes de poder batir definitivamente los máximos. Especialmente, si la economía sigue mandando señales de alarma. Estas señales se concentraron la semana pasada en la venta de viviendas nuevas y de segunda mano (y la caída los precios de la segunda), la revisión del PIB del segundo trimestre, los pedidos de bienes duraderos y los gastos e ingresos personales (en especial, el índice de precios que los acompaña, que se desbocó).

Para esta semana el dato estrella será el desempleo de septiembre, que se conocerá el viernes. Se trata de una cifra de doble filo: si sale muy mala, confirmará los temores a un aterrizaje suave –la solidez del mercado laboral es uno de los argumentos de los optimistas-; pero su sale muy buena, reabrirá los miedos inflacionistas en un contexto de desaceleración económica, es decir, traerá de nuevo el fantasma de la estanflación.

Aparte, hoy mismo tendremos el ISM industrial (el viernes el dato de Chicago salió mejor de lo esperado) y el gasto en construcción; el martes conoceremos las ventas de automóviles; el miércoles, los pedidos de fábrica y el ISM de servicios; y el viernes, aparte del paro, se anunciará el crédito al consumo de agosto.

En Europa, conoceremos también el desempleo (pero de agosto) el martes, las ventas minoristas (miércoles), el indicador adelantado y los pedidos de fábrica en Alemania (viernes). Pero la cita central de la semana será la reunión del BCE del jueves, en la que el mercado espera una nueva subida de tipos hasta el 3,25%. El propio Trichet dará previamente una conferencia el martes, y Bernanke hablará el miércoles.

Fuera de la economía, el mercado prestará mucha atención a los profit warnings que pueden llegar esta semana, antes de que comience la temporada de resultados el día 9. Hasta ahora, el ratio de preanuncios negativos respecto a los positivos en el S&P 500 se encuentra en 2,4, por encima del 2,0 del tercer trimestre.

Curiosamente, las predicciones basadas en el calendario vuelven a ocupar titulares después del sonoro fracaso de la que asegura que septiembre es un mes bajista. Ahora, llegan las que hablan del temible octubre, un mes en el que tuvieron lugar los crashes del 29 y el 87, y las minicrisis de los años 1978, 1979, 1989 y 1997. Más serias son las advertencias basadas en que muchos fondos cierran su ejercicio fiscal el 30 de septiembre, y por eso adelantan sus compras para ofrecer grandes ganancias; en ese caso, habrían adelantado el movimiento de octubre y el mercado se puede quedar sin resuello ahora.

Finalmente, un último argumento para las previsiones negativas es la proximidad de las elecciones legislativas en EEUU, con la posibilidad de que los republicanos pierdan una o las dos cámaras.