Parecía necesario un cierto descanso en la subida para que los índices batieran los importantes niveles a los que se enfrentan, y así fue. Llámenlo agotamiento, mal de altura o sobreventa. El Ibex no pudo con su máximo anual a la primera, y tal vez corrija más antes de batirlo.
El caso es que rara vez los índices superan unas resistencias como las actuales a la primera después de una subida tan fuerte (y con tan poco volumen, además). Deben consolidar un poco esa subida antes de lanzar el ataque definitivo, y esa consolidación puede durar algunas sesiones más.
El Ibex tocó ayer su máximo anual, pero justo ahí se dio la vuelta y acabó plano. Y el EuroStoxx cedió el 0,23%, con lo que perdió levemente los 3.800 puntos.
Sin embargo, la fortaleza Wall Street volvió a poner en duda este escenario razonable para Europa. Los índices intentaron corregir también, pero al final recuperaron casi todo el terreno perdido (los tradicionales) e incluso entraron en positivo (el Nasdaq).
Y eso que el dato de precios de importación en EEUU fue muy negativo: creció el 0,8% en agosto cuando se esperaba que saliera plano. Toda una alerta inflacionista como aperitivo al dato más importante de la semana, que conoceremos hoy: el IPC. Alivió un poco un crecimiento también mayor del previsto de las ventas minoristas, que indica que es pronto para dar por muerto al consumidor norteamericano.
También hubo otras noticias negativas para Wall Street, como la publicación de los planes de Ford para ofrecer a 75.000 empleados dinero si se jubilan anticipadamente, o las rebajas de recomendación de importantes brokers para General Electric y Boeing. Por el contrario, Bear Stearns siguió la estela del resto de bancos de inversión y dio unos buenos resultados.
Si, con todo eso en contra, Nueva York apenas bajó, es que el mercado está muy fuerte. Y si esto es así, puede volver a salir al alza de forma casi inmediata, lo que permitiría a Europa romper sus resistencias sin necesidad de una corrección relevante.
El petróleo volvió a las caídas tras la recuperación de la víspera, y cerró en 63,22 dólares. Los bonos también corrigieron en precio tras el dato de precios de importación, con lo que su rentabilidad subió al 4,79% en EEUU. Y el oro cayó con fuerza hasta 586 dólares. El euro, finalmente, siguió escalando posiciones y recuperó los 1,27 dólares.