Hace unos días, se creó cierta polémica cuando nos preguntamos por qué no podía llegar el petróleo a 100 dólares. Bien, no estamos solos.
Un panel de expertos en materias primas reunido en Chicago concluyó ayer que todas ellas (incluyendo el petróleo, el oro y los productos agrícolas) se dispararán en el segundo semestre. Es decir, que la subida no ha hecho más que comenzar.
Los factores citados para explicar la escalada fueron muchos y muy diversos, pero todos alcistas: la creciente demanda industrial, las restricciones de la oferta y la debilidad del dólar, según Daniel Raab, de la firma AIG; la inestabilidad geopolítica y los conflictos armados, según Charles Nedoss, de Peak Trading Group; el incremento de los inversores en estos activos, sobre todo hedge funds, según otros.
Para el oro, se dieron previsiones de 825-850 dólares en diciembre, debido a su carácter de activo refugio en tiempos convulsos como los actuales. ¿Y el crudo? Pues puede llegar a 100 dólares en los próximos 90 días (así, sin anestesia), según John Kilduff, de Fimat, sólo con que tengamos un huracán en el Golfo de México o problemas en Irán, Irak, Nigeria o Venezuela. Si nosotros éramos alcistas, ¿qué nos dicen de éste?
Aunque no lleguemos a estas situaciones catastróficas, lo cierto es que los que más saben del mundo de materias primas lo tienen claro. No hablamos de los analistas siemprealcistas españoles, que llevan años pronosticando una caída del crudo con el éxito que todos conocemos. Hablamos de gente que sabe de lo que habla. Así que parece atractivo comprar futuros sobre el oro o el petróleo (los dan muchos brokers españoles); o mejor aún, sobre la soja y el maíz, porque el boom del etanol y el biodiésel puede dejar corta la subida de las materias primas tradicionales.