El día de los enamorados nos dejó una verdadera historia de amor de Wall Street con el jefe de la Fed, Ben Bernanke. Algo que no se veía en muchísimo tiempo, porque Greenspan era de los que cortaba la euforia sin contemplaciones con aquellas frases antológicas de la "exuberancia irracional" y las "llamaradas especulativas"
Su sucesor, en cambio, se encuentra un Dow Jones en máximos históricos y le pone la alfombra roja para que siga subiendo.
Y vaya si lo hizo. Confirmó que el subidón del martes, después de seis días de consolidación, era el ataque bueno a las resistencias, que ayer fueron batidas sin contemplaciones. El Dow subió el 0,69% hasta un nuevo récord de todos los tiempos en 12.741,86 puntos. El máximo intradía fue de 12.756. El S&P 500 se anotó el 0,76% y el Nasdaq por una vez tomó la delantera, con un alza del 1,16%.
La alfombra roja que le puso Bernanke a la bolsa fue la ratificación de lo que había adelantado el último comunicado de la Fed. Es decir, un escenario perfecto de solidez del crecimiento económico, ausencia de problemas de paro y moderación de la inflación. La cuadratura del círculo. Y la garantía de que los tipos no volverán a subir en mucho tiempo.
Estas palabras del presidente de la Fed también dispararon el precio de los bonos, con lo que su rentabilidad en EEUU bajó al 4,74%. El dólar acusó este escenario con un fuerte batacazo, que llevó al euro a máximos de seis semanas por encima de 1,31 dólares. El petróleo volvió a fracasar en los 60 dólares y recayó hasta 58 con la excusa de un aumento de los inventarios semanales.
Por valores, la gran estrella fue DaimlerChrysler, que se disparó el 8,3% después de anunciar 13.000 despidos en su unidad Chrysler (que entró en pérdidas en el cuarto trimestre) y la búsqueda de salidas como una alianza con otra empresa o una segregación. Applied Materials aplaudió sus buenos resultados con un tirón del 3,9%. En el otro extremo, Coca Cola decepcionó con sus cuentas.