Hubo rebote, tenía toda su lógica y debía continuar. Nada nuevo por tanto para nuestra visión del mercado. La sobreventa era muy grande a muy corto plazo y el pesimismo brutal. Si sorprendió la intensidad. Fue un día importante para los alcistas que con un volumen creciente conseguían cerrar en nuestro Ibex el último de los huecos dejados en la caída y dibujar una fuerte vela blanca, lo que sugiere continuidad en el rebote en el corto plazo. Pero no nos engañamos, a uno y otro lado del Atlántico las figuras bajistas son clarísimas y deberían tener, con mayor o menor dificultad, continuidad. Nos parece temerario apostar ya por el final de la corrección.