Google no ha llegado al liderato en Internet por casualidad: lo ha logrado apostando fuerte por las novedades en la red y yendo siempre un paso por delante de sus grandes competidores, Yahoo y Microsoft, hasta el punto de que, hace un año, ambos iniciaron un acercamiento para defenderse del enemigo común.
De esta forma, Google ha entrado en áreas de negocio tan dispares como las redes inalámbricas, la telefonía sobre IP, anuncios clasificados, pagos por Internet, software online competencia del Office, música y video online, subastas, etc.
Mucha gente ha criticado esta expansión, que le costó un susto en el cuarto trimestre de 2005 por la explosión de los costes. Sin embargo, la empresa aprendió la lección, moderó estos costes y enderezó el rumbo de sus resultados en los trimestres siguientes. Había vuelto a centrar sus esfuerzos en su negocio básico -el buscador y la publicidad relacional-, con el resultado de un aumento de la cuota de mercado sobre sus rivales.
Pero Google no ha perdido el apetito por la innovación y el riesgo, que se plasmó el lunes por la noche en la compra de YouTube por 1.650 millones de dólares en acciones. La adquisición del popular sitio de intercambio de videos implica un salto de gigante en un sector en el que Google no era líder (YouTube alcanza más de 100 millones de videos vistos al día) y con un potencial enorme, a juicio de los analistas: tanto porque el video está llamado a ser uno de los principales contenidos de Internet, como por su potencial como soporte publicitario, ya que actualmente sólo supone el 2% de la publicidad online.
Una vez más, Google va un paso por delante de sus rivales. Pero esta vez se trata de un paso más arriesgado, por dos motivos. El primero es la posibilidad de demandas millonarias relacionadas con el copyright, ya que en YouTube se pueden encontrar millones de videos de las televisiones norteamericanas colgados sin autorización. El segundo es el alto precio pagado, teniendo en cuenta que YouTube no gana dinero todavía a pesar de su éxito en la red.
Sin embargo, los expertos en Internet son optimistas. Bambi Francisco, comentarista de MarketWatch, señala ocho razones por las que la operación tiene mucho sentido para Google: YouTube seguirá siendo un medio neutral para las televisiones (si lo hubiera comprado Murdoch otro gallo cantaría), lo le permite llegar a acuerdos con ellas; el riesgo judicial se puede soslayar (Google es el mejor para descubrir el material sin licencia); las comunidades son el futuro de la red; Google es el mejor para aprovechar publicitariamente la gran audiencia de YouTube; juntos pueden explotar tanto el contenido casero como el de los medios tradicionales; el video será el segmento con mayor crecimiento de la red (lo que significa que esperar habría resultado en un precio aún más alto); YouTube no tenía futuro en solitario a pesar de su audiencia; y, finalmente, la combinación de las dos empresas se puede convertir en la gran red del futuro.
Los analistas de los grandes bancos de inversión comparten esta visión, ya que consideran mayoritariamente positiva la adquisición. Ahora el tiempo dirá si este optimismo está justificado.