El mercado no se lo reprocha: demostrar un crecimiento progresivo tanto en beneficios, como a través de adquisiciones parece suficiente, y los inversores asumen como normal que los gigantes de la tecnología no repartan dividendo.
Y no es que no puedan hacerlo: las mayores compañías del sector, Apple, Google y Cisco no tendrían que repartir ni un céntimo de sus beneficios para retribuir al accionista, ya que todas ellas cuentan con un nivel fuerte de tesorería que va, desde los más de 40.000 millones de dólares que posee Apple en caja, hasta los casi 24.000 millones que atesora Cisco.