Han tenido que pasar cinco meses para que los analistas le vuelvan a colgar el cartel de compra a Meliá. Precisamente, los meses de verano han sido los peores del año para la hotelera líder en el segmento vacacional mundial, al menos, en cuanto al consejo que emiten los analistas sobre sus títulos.
Que haya sido en verano queda en una anécdota temporal, ya que el viento de cara que se ha encontrado la empresa balear ha sido, entre otros, la fortaleza que ha mostrado el euro este año, en el que acumula una apreciación de más del 12% contra el dólar. Pese a ser un factor en el que la compañía poco puede intervenir, lo cierto es que su alta exposición al dólar (cuenta con 73 establecimientos en el continente americano de un total de 322) ha estado jugando en contra de sus intereses. Según la propia empresa, el 35% de sus ingresos procede de la zona dólar.