Semana de pérdida general de soportes en el Viejo Continente, que se salda con una bajada de la exposición recomendada a bolsa hasta el entorno del 35%.
Semanas como la que acaba de terminar demuestran por qué es importante tener una estrategia flexible cuando estamos en momentos complejos de mercado. Tener capacidad de reacción puede suponer la direferencia entre proteger el beneficio logrado, asumir una pequeña pérdida o perderlo todo en el parqué.
En sesiones previas habíamos aprovechado para rotar la cartera: bajar la exposición a EEUU, principalmente con el cierre de la mitad del Russell 2000 y del Nasdaq (esta semana finiquitamos lo que nos quedaba en tecnología), y aumentar en Europa, cosa que hicimos en dos tramos. Primero lanzamos ideas en el Mib italiano y el Ibex 35 contado (ya teníamos el Total Return en cartera); luego, nos animamos con el EuroStoxx 50. Movimientos con los que nuestra exposición se situó en el entorno del 55 por ciento.
Sin embargo, la pérdida de niveles clave a corto plazo como los 10.620 del Ibex, los 3.165 del EuroStoxx 50 o los 20.245 del Mib nos ha obligado a sacarlos de la tabla de seguimiento. Además, hemos purgado también un poco más la cartera cerrado las operativas en valores como Bankia, Tubos Reunidos, SAP, Carrefour, Baker Hughes, Generali y Sacyr. Una serie de movimientos que, unidos a la compra de Solaria, hacen que el saldo de exposición recomendada a renta variable quede finalmente en el 35 por ciento.
No es que no confiemos en la tendencia de fondo a largo plazo (para eso tendrían que caer niveles tan lejanos como los 9.950 puntos del selectivo de referencia español), sino porque consideramos que, en este momento de mercado, lo más recomendable para el común de los inversores. Mención aparte merecen los que tengan un perfil más agresivo: a poco que los alcistas consigan volver a llevar a los índices de nuevo sobre los soportes perdidos se abrirán un puñado de oportunidades a corto plazo sobre algunos valores. Incluso puede que veamos algunos cortos.
Más allá de las bolsas, el otro gran protagonista de la semana ha sido el euro. El jueves el Banco Central Europeo (BCE) celebró su primera reunión del otoño. Se esperaba que Mario Draghi terminara de desvelar los detalles, particularmente numéricos, del plan de compra de activos de la institución. Sin embargo, una vez más no desveló el alcance del mismo, algo que no fue muy bien acogido por el mercado y que se tradujo en un repunte de la moneda única. Así, el euro acabó la semana en el entorno de los 1,26 dólares, aunque por técnico no muestra ningún soporte relevante hasta la zona de los 1,246.