El mercado no espera novedades en la política de las dos entidades, pero sí un mensaje positivo. A partir de septiembre evidenciarán que sus caminos apuntan hacia direcciones opuestas.
El Banco Central Europeo (BCE) y la Reserva Federal (Fed) se encuentran en las antípodas de la política monetaria. Mientras en EEUU se sigue barajando la fecha en la que la institución comenzará a retirar sus políticas de estímulo ante una mejora de la economía, Europa tiene sobre la mesa todo un abanico de medidas para ayudar a la economía y romper la fragmentación del mercado de financiación para las pymes de la eurozona.