El presidente del BCE ha insistido hoy en varias ocasiones en que se muestra "satisfecho por la mejoría de los datos económicos", pero ha matizado que "no canta victoria". Hace bien. Sobran motivos para seguir siendo prudentes.
Jean-Claude Trichet ha comparecido con el semblante más relajado de los últimos meses. No es para menos. Llegaba aliviado por una economía que "se fortaleció en el segundo trimestre" y "unos datos mejor de lo esperado en el tercero". Además, la crisis soberana se ha atemperado. Pese a ello, ha insistido en que no se puede "cantar victoria". Esta prudencia resulta clave en un contexto que el banquero galo ha definido "incierto" y que, sobre todo, esconde tres riesgos fundamentales para el futuro la región: