Los inversores ya no optan únicamente por los bonos refugios típicos en un intento por salvaguardar sus inversiones. Ahora acuden a los rincones más lejanos en busca de seguridad: compran bonos de Canadá, Australia, Nueva Zelanda y Hong Kong.
Ante la posibilidad de un panorama deflacionista -el último dato macroeconómico del gigante asiático ha intensificado las preocupaciones-, los inversores están optando por buscar nuevos refugios en destinos lejanos.