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Telefónica hace todo lo posible para que la balanza de Vivo se incline a su lado

Antonio Lorenzo/ Carmen Canfrán
25/06/2010 - 21:33

Existe la posibilidad de que España y Portugal se vean las caras en octavos de final el día 29 de junio. Un día después lo harán Telefónica y PT por el control de Vivo. La 'teleco' española está sacando toda su artillería y eso pesa en bolsa. Sus acciones, por técnico, confirman posibilidades de caída.

En el ámbito empresarial, el reparto de fuerzas entre Telefónica y Portugal Telecom está tan equilibrado que la participación del árbitro, el presidente de la Asamblea de Accionistas, António Menezes, resultará decisivo en el choque. El juez de la contienda viene avalado por la fama de casero, ya que la semana pasada ya borró del orden día de la junta la propuesta de dividendo propuesto por la española.

Por lo pronto, el primer gol de la final por Vivo podría producirse en fuera de juego... y antes del inicio del encuentro. Telefónica teme que Menezes impida que los nuevos dueños del 8 por ciento de PT (capital que Telefónica vendió el pasado miércoles) puedan ejercer el voto en la junta con dicho porcentaje. A eso se aferra PT, cuyo presidente ejecutivo, Zeinal Bava, arremetió ayer contra las intenciones del grupo español. Entre otros comentarios, calificó de "traición" los últimos movimientos de Telefónica.

La controversia se centra ahora en aclarar si la venta deTelefónica del 8 por ciento de su capital de PT, formalizada ayer por medio de derivados financieros, tiene plena efectividad. Bava tiene muy claro que no es una venta real al haberse producido a través de otro esquema financiero de Telefónica mediante equity swaps.

El secretario de la Junta puede volver a ganar protagonismo en el caso de que no reconozca la validez de la maniobra de Telefónica, por lo que podría impedir la transferencia de los derechos de voto a los compradores de la referida participación del 8 por ciento. El asunto también será mirado con lupa por el regulador luso de los mercados, la CMVM, que concederá máxima prioridad y urgencia al análisis de la equity swap y el presunto incumplimiento de los artículos 16, 17 y 20 del Código de Valores Mobiliarios. Dichas normas están relacionadas con las obligaciones de comunicación de las sociedades cotizadas, incluidas las participaciones no transparentes; así como la información sobre alteraciones de posiciones accionariales y las reglas sobre los derechos de voto, según informa la agencia Lusa. Fuentes de Telefónica apuntaron ayer dos consideraciones: por un lado, que no tiene ninguna opción para comprar acciones del grupo luso.

De esta forma, si la oferta de Telefónica fuera aceptada en la Junta de PT,el grupo español tendría que comprar acciones de PT en el mercado para cumplir con las condiciones que ofreció a PT. Para ello dispondrá de un plazo de 60 días. Asimismo, Telefónica apuntó "que no ha celebrado ningún acuerdo" y, por lo tanto, ningún inversor estará obligado a votar las acciones de PT en un determinado sentido en la Junta. Los analistas de Fidentiis explican que "todo el mundo puede especular sobre las segundas intenciones de Telefónica al vender su paquete en PT, pero no va en contra de ninguna ley del libremercado disponer libremente de un paquete de acciones". Los mismos expertos confían en que se rebaja en en los próximos días "los niveles de paranoia, para evitar que esto se convierta en una larga batalla legal con pocos beneficios para ambas compañías".

¿Qué es un equity swap?

El pulso entre Telefónica y PT y la batalla deACS e Iberdrola pueden compartir idéntico derivado: el equity swap. A grandes rasgos, se trata de un instrumento financiero por el que se ceden los derechos de una acción a un segundo, de forma que la titularidad la mantiene el primero, a la vez que recibe cierta compensación. Viene a ser como alquilar un piso. Una parte arrienda los derechos políticos y económicos de un bien a un inquilino y éste contribuye con una renta.

Al final del contrato, el inquilino devuelve al casero esos derechos o, si fuera el caso, adquiere el piso. Cada contrato de alquiler es diferente. Con el equity swap, Telefónica ha alquilado los derechos políticos de esa participación a varios caballeros blancos. Una operación que le podría costar entre 580 y 600 millones, según los expertos. En el caso de ACS e Iberdrola, la constructora tiene el 5,2 por ciento de la eléctrica a través de este instrumento, de manera que varios bancos son titulares de esas acciones, pero la constructora tiene los derechos políticos y económicos a cambio de una renta.