Parecía difícil que lo cediese antes de que se formase un rebote, pero no ha logrado aguantar los 2.330 puntos.
En el ecuador de la sesión nos encontrábamos con una jornada en la que lo más destacable era ver cómo la sangre no llegaba al río pese a que índices como el DAX 30 alemán caían más de dos puntos porcentuales. Lo que sucede en el DAX 30 alemán no deja de ser normal ya que está ajustando el spread abierto con el resto de índices europeos durante los últimos meses. La fortaleza anterior la está pagando a corto.
A corto plazo lo que más nos sigue llamando la atención es el alcance de una zona fundamental de soporte como son los 2.330 puntos en el futuro del EuroStoxx 50, que son los mínimos del año pasado.
En el gráfico adjunto se puede ver la importancia de esta zona de soporte, cuya cesión consideramos altamente improbable sin antes formarse un rebote. Es más, si cae entendemos que podría ser recuperado posteriormente de forma rápida. Hablamos de un soporte cuya pérdida confirmaría un escenario de vuelta, cuando menos, a la zona de mínimos de 2009, lo que no es moco de pavo.
Por tanto, vista la sobreventa y el soporte alcanzado, consideramos que un rebote al alza está muy cerca y lo importante es que la cesión al otro lado del Atlántico de soportes clave, invita a considerar que este rebote va a ser altamente vulnerable y de ahí que el mismo podría ser una oportunidad para cerrar posiciones alcistas que aún se arrastren en cartera. Hacerlo en pánico y con una exposición tan pequeña como la que venimos recomendando estos últimos días desde que el DAX 30 perdió los 7.000 enteros, no es la mejor opción.