No sabemos si los analistas que han asignado un valor fundamental de cero para el gigante se han pasado de la raya. Podemos decir que la quiebra está respaldada por voces que no nos son ajenas a ninguno. No es cualquiera sino Paul Samuelson el que propugna, si es necesario, la quiebra.
Por técnico esas cosas rara vez pueden argumentarse - es casi imposible encontrar un patrón que marque objetivos de cero o menos cuando se usan gráficos semilogarítimicos -, pero desde luego, pensando lo impensable, es algo que de suceder llega en medio de una tendencia bajista. Y la tenemos.
No hace muchas semanas advertíamos de que las medidas gubernamentales para favorecer al sector no estaban mostrándose suficiente argumentos para que los inversores apostaran por Ford o General Motors, y el tiempo no ha tardado en mostrarnos que en estos casos es esencial escuchar a los precios porque la pérdida potencial es del 100 por cien de un día para el otro cuando un activo corre riesgo de quiebra.
Por técnico era necesario cumplir con un hito técnico que podía proyectar a los precios a las inmediaciones de los 3 dólares y ese ha sido finalmente el nivel alcanzado por los precios. Los grandes objetivos bajistas MINIMOS, insistimos, MINIMOS, han sido cumplidos con el desplome de apertura. Un hándicap menos, pero para pensar en que estamos ante una abdicación - ver a analistas fundamentales asignando valor cero a semejante monstruo es sin duda un acontecimiento que puede ser tomado por tal cosa -, en la traca final bajista, al menos los precios deben cerrar el hueco de apertura dejado hoy lunes. Sin ello, absolutamente todo discurre del lado de los bajistas y el fantasma de la quiebra de GM pasea por Wall Street.