Cierre al Parlamento
El Gobierno tiene que aprobar ahora por decreto-ley, es decir con una tramitación parlamentaria urgente, una serie de medidas económicas que afectan a 26 leyes ya existentes. Parece que tiene su importancia la medida. Al parecer también los resultados resultarán favorables a la economía y, en concreto, a algunos sectores que lo están pasando peor. La medida se aprueba tan rápidamente, según aseguran, para que cuanto antes se empiece a aplicar. Parece un razonamiento lógico. Sin embargo, la oposición en pleno da la espalda a la medida porque se aprueba por decreto-ley. La solución, para que se apruebe con su normal tramitación parlamentaria, sería dejar a los diputados y senadores trabajando en verano hasta que la ley viera la luz. A eso no están dispuestas sus señorías, y así lanzan piedras contra unas medidas que parecen, a primera vista, acertadas. Qué buen ejemplo nos hubieran dado, por una vez, los políticos si se hubiera tramitado y el parlamento hubiera tramitado en el periodo estival la medida. Para el Gobierno hubiera sido una muestra de disposición al diálogo, que no parece una de sus mejores facetas y para la oposición trabajar en verano hubiera sido un modelo a seguir por los ciudadanos.