Periodismo: cambio de timón

El periodismo no tiene todavía brotes verdes. Así como la economía parece que apunta mejoras sensibles, el periodismo no tiene luz al final del túnel. Y eso propicia que se estén haciendo auténticas aberraciones en la información. Da la impresión de que casi todo da igual, que se han perdido los valores más básicos a la hora de comunicar. No se levanta la voz cuando se debe y cuando se levanta en ocasiones es inmerecidamente. Se abusa descaradamente de los tópicos y la profesión sigue instalada en un carril hacia ninguna parte. A esto se le suma que las organizaciones empresariales de la profesión periodística están hibernadas. No digamos nada de los empresarios de la comunicación, que salvo alguna honrosa excepción, no saben donde ir. Y así llegamos a que la profesión más bonita del mundo ha perdido su identidad y algunos quieren hacernos creer que todo es periodismo: esos blog que no merecen calificación, o esas páginas de internet que no tienen la categoría de panfleto del XIX, etc. etc. Eso sí, nunca se había opinado tanto como en la actualidad. Todo esto pasará y la profesión periodística saldrá más vigorosa porque de una crisis de identidad, como la actual, se sale en mejores condiciones y porque además los medios técnicos actuales son mucho más poderosos que los anteriores. Pero todavía habrá que esperar.

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