Partidos, bueno; partidarios, no

Financiar partidos bueno, pero financiar a los partidarios de esa manera parece menos bueno. También habría que estudiar otras fórmulas de financiación de los partidos políticos. Lo primero que dijo Rajoy en cuanto saltó de forma virulenta el escándalo Bárcenas es que se está estudiando una reforma en la financiación de los partidos políticos. Parecía conocer por dónde iban los tiros. Pero no nos hemos preguntado todavía de dónde vienen esas sumas que maneja Bárcenas. Nos desvíamos, mejor nos desvían, con respuestas de que está regularizado ese dinero. Es decir, la preocupación del Gobierno es sólo si ha pasado por Haciendo o no ha pasado. De dónde sale para él es secundario. Efectivamente, damos por bueno que llega del cielo, porque el resto de partidos grandes está igual, y nos ocupamos de si los que reciben ese dinero lo han declarado a Hacienda. Con ese argumento, el mismo presidente del Gobierno el lunes pondrá en Internet su declaración de la renta. No cabe la menor duda de que hay que hacer una reforma de la financiación de partidos, pero también hay que hacer una reforma ética de las personas, que no tiene legislación posible.

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