El oficio de político, sin prestigio

Ni más Rajoy, ni más Sánchez, ni más Iglesias, ni más Rivera, ni más Garzón, ni más… España necesita una nueva transición. Los meses que llevamos sin políticos nos han hecho darnos cuenta de que nos sobran todos los políticos actuales. Necesitamos otros con altura de miras y ganas de prestar un servicio a los ciudadanos. El ciudadano está muy cansado de ver a esos personajes que siguen cobrando un sueldo por no hacer nada. España necesita una pronta recuperación y sobran los políticos que sólo buscan su interés propio. El oficio de político ha quedado completamente desprestigiado y costará muchos años volver a conseguir que esta profesión adquiera un nivel adecuado. La población les mira con distancia y sin ningún tipo de admiración, se ha perdido completamente. En ocasiones provocan risa, otras rabia, y la mayoría indiferencia. Si a cualquiera que en su trabajo no hiciera medianamente bien su ocupación le pondrían en la calle, a los políticos hay que aguantarles y permitirles todo por un trabajo muy mal hecho. Así, España para regenerarse necesita una nueva transición de cambios profundos y rápidos.

Deja tu comentario

De conformidad con la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de Protección de Datos de Carácter Personal, le informamos de que sus datos serán incorporados a un fichero propiedad de EDITORIAL ECOPRENSA, S.A. (en adelante, El Economista) con la finalidad de gestionar su utilización de los blogs. Usted puede ejercitar sus derechos de acceso, rectificación, cancelación y oposición dirigiéndose por escrito a El Economista. C/ Condesa de Venadito, 1- 3º 28027 Madrid. elEconomista podrá limitar, total o parcialmente, el acceso a sus servicios a determinados Usuarios, así como cancelar, suspender, bloquear o eliminar determinado tipo de contenidos si tuviese conocimiento efectivo de que la actividad o información almacenada y/o difundida es ilícita o de que lesiona bienes o derechos de un tercero. No obstante, elEconomista no tiene obligación de controlar la utilización que los Usuarios hacen de los servicios y, por consiguiente, no garantiza que los Usuarios hagan un uso diligente y/o prudente de los mismos. Tampoco tiene la obligación de verificar y no verifica la identidad de los Usuarios, ni la veracidad, vigencia, exhaustividad y/o autenticidad de los datos que los Usuarios proporcionan sobre sí mismos. elEconomista excluye cualquier responsabilidad por los daños y perjuicios de toda naturaleza que pudieran deberse a la utilización de los servicios y de los contenidos por parte de los usuarios o que puedan deberse a la ilicitud, carácter lesivo, falta de veracidad, vigencia, exhaustividad y/o autenticidad de la información que los usuarios proporcionan a otros usuarios acerca de sí mismos y, en particular, por los daños y perjuicios de toda naturaleza que puedan deberse a la suplantación de la personalidad de un tercero efectuada por un usuario en cualquier clase de comunicación realizada a través del portal.