La Bolsa de Tokio vuelve a sufrir un nuevo varapalo, esta vez del 3,10%, para acabar la semana en los 10.364 puntos.
El Nikkei no se escapa del virus bajista que asola las bolsas a nivel mundial y que ya ha conseguido que el índice japonés haya perdido la directriz alcista que venía guiando los ascensos desde marzo de 2009, fecha en la que giró al alza desde los 7.000 enteros.
La pérdida de esta directriz, tal y como pueden ver en el adjunto, es algo problemático y riesgoso para el mantenimiento de la tendencia alcista principal, pero no definitivo. En efecto, es necesario que los recortes tengan continuidad y la presión vendedora logre que se rompan primeros soportes horizontales que aparecen en los 9.867 puntos, esto es, los mínimos de febrero y origen del último tramo alcista relevante en el medio plazo. Perder este soporte no tendría mucho sentido en un contexto de alzas adicional en próximos meses y, cuando menos, nos advertiría del comienzo de un proceso lateral y correctivo de las subidas con origen en los 7.000.