Escribía este fin de semana mi tribuna para elEconomista sin caer en que el viernes era negro en Wall Street, y lo hacía con los datos del jueves.
La subida del 2.200 por ciento de la que les hablaba en ésta, que pueden leer hoy en Blogságora, no tenía en cuenta las últimas caídas.
En el peor momento del viernes el banco pasaba de una caída del 95% al 97% desde máximos -cosa que se consigue cayendo un 35% en el peor momento del día- y eso supone que el valor ya no debía subir un 2.200 por ciento para alcanzar su máximo histórico sino un 3.400.
En estos momentos, con un alza del 7% deberá ser del 2.600 por cien tras una apertura en 2,40 donde de nuevo estábamos en niveles no muy lejanos de los del cierre del pasado jueves.
Pensará a lo peor que todo esto me parece divertido en Bolságora. En ese caso, se equivoca. Escribo de ello porque me parece dramático y el único modo de evitarlo en el futuro es hablar de ello. Y no puedo escribir otra cosa, lamentablemente, ni aunque el valor suba un 500 por ciento en dos días.
Es tal la magnitud del drama, como muestra el gráfico a muy largo plazo, que ni siquiera una subida de ese tipo cuestionaría la tendencia. Por tanto, no se haga ilusiones si es accionista, las noticias de hoy no cambian nada, como tampoco lo hace técnicamente un rebote de un ridículo 10 por ciento en relación con la tendencia.