Para nosotros el verdadero problema no es sólo Grecia. Piense en la debilidad americana y de los emergentes.
Cuando todo parece sombrío, es momento de separarnos un poco de nuestra pantalla, controlar las emociones y resistirnos a capitular. Los mercados están confusos porque el rompecabezas financiero es extraordinariamente complejo en todo el mundo.
Tanto la renta fija como la variable están luchando para encontrar su camino desde niveles cruciales; niveles de esa clase que puede marcar la tendencia en los próximos meses. Las materias primas apuntan a la baja -con el petróleo liderando el movimiento-, mientras que el oro puede estar construyendo un nuevo techo de medio plazo.Las divisas están enloquecidas, como si los problemas del euro las dejaran huérfanas de una referencia crítica para encontrar su propia tendencia.
Es un escenario difícil para cualquiera que siga muy invertido en activos de riesgo. Pero es manejable cuando su cartera ha sabido cómo perder peso en las últimas semanas para lidiar con el aumento de las incertidumbres y la corrección de los precios.
Grecia encabeza la agenda de los inversores, pero para nosotros no es una causa principal de preocupación. Los riesgos para Grecia oscilan entre encerrarse en una tragedia o ser desahuciados por los políticos alemanes. Ambas opciones son exageradas y no nos sorprendería recibir alguna buena noticia a lo largo de la semana.
Pero, aunque nos equivoquemos, por ejemplo si los griegos toman la decisión de suicidarse colectivamente, estaríamos fuera del mercado sin un daño adicional significativo para nuestra cartera.
Más preocupante parecen las perspectivas en los mercados emergentes y EEUU. Nuestros lectores habituales saben que empezamos a reducir nuestra exposición a emergentes hace un par de semanas: primero Chile, luego las 'small caps' de China y ayer India.
El entorno técnico de estos mercados está empeorando, lo que es coherente con su falta de capacidad para proporcionar buenas noticias justo cuando las expectativas de crecimiento económico mundial empeoran. Obviamente, ahí el tema clave es EEUU, donde los últimos datos económicos siembran dudas sobre el rebote de la economía en el segundo semestre del año. No es sorprendente que los inversores especulen ahora con la posibilidad de que la Fed vuelva a inflar su balance para evitar desesperadamente una nueva espiral deflacionista.
Irónicamente, un escenario bajista no sería el más difícil para EcoTrader. Con una cartera significativamente infraponderada en activos de riesgo (30%), elevada liquidez (55%) y unos stops verdaderamente cercanos a los niveles actuales, los riesgos están controlados. ¿Es momento de seguir la opinión contraria? Para nosotros, ése es el verdadero desafío. Los mercados están sobrevendidos y el sentimiento es negativo.
Ciertamente, el pesimismo no es, al menos no todavía, lo bastante elevado como para proporcionarnos una genuina oportunidad de invertir (¡recuerden marzo de 2009!). Pero los que buscan comprar barato ahora están buscando oportunidades y no excluimos que un rebote pueda tomar cuerpo. En tal caso, la verdadera dificultad para nosotros será averiguar si un S&P 500 a 1.260-1.280 puntos incorpora todas las decepciones que nos esperan hasta un punto que permite a Wall Street reconstruir la tendencia alcista.
Personalmente, lo dudo, al menos hasta que la confianza y los indicadores adelantados apunten al alza y los analistas abran la caja de Pandora de las expectativas de beneficios, ridículamente altas para 2012.
Aquí es probable que tengamos que comernos una buena racha de revisiones bajistas y sería muy sorprendente que la Bolsa suba mientras tanto. Pero los precios mandan y sabemos que, en esta clase de mercado, o reaccionas rápido para aprovechar las oportunidades, o corres el riesgo de entrar justo cuando el momento de las cotizaciones empeora de nuevo. Los próximos días son cruciales.