
Son por lo general algo más baratas que las convencionales en cuanto al tipo de interés que ofrecen, pero hay que ver otros factores. Mensualidades cómodas y plazos largos de hasta 50 años son una bomba de relojería: se termina pagando más intereses.
La hipoteca joven en España es un producto relativamente reciente. No hace mucho, era raro que estos préstamos se prolongasen más allá de los 20 ó 25 años. No así en otros países, como Francia, donde era y sigue siendo habitual llegar a los 60 años, o Estados Unidos, con hipotecas de hasta 100 que se heredan de padres a hijos. Era cuestión de tiempo, y desde hace algo más de un lustro las comercializan con normalidad nuestras entidades, que desembarcasen préstamos de 40 años y más. Hoy, uno de los más atrevidos es la Hipoteca joven de CajaDuero, que plantea un plazo máximo de 52 años, o como se establece exactamente: hasta que el más joven de los titulares cumpla 70 años. Además, es una de las más baratas del mercado, euribor más 0,25 por ciento.
La última incorporación ha llegado de la mano de Caja España con su Hipoteca T-enteras. También ofrece un 0,25 por ciento, la posibilidad de contratarla a 50 años, y sin cobrar comisiones. Hay otras en el mercado, con plazos de 40 años, como la Hipoteca joven de la CAM y la On plus de Caixa Galicia, a 0,38 por ciento.
La fórmula suele ser la misma en todos los casos: precios atractivos, por una parte, pero plazos prolongados y periodos de carencia (sólo se pagan intereses o capital), que garantizan cuotas mensuales muy cómodas, por otra. ¿Sale a cuenta tanta ventaja? A largo plazo, y si se reflexiona sobre el coste real del préstamo, no demasiado. Por regla general, cuanto mayor es el plazo, más intereses totales se terminan pagando. Veamos un ejemplo.
Después de pagar durante 10 años un préstamo de 200.000 euros, contratado a 20 y con un tipo de interés aleatorio del 2 por ciento, quedan todavía pendientes 109.958 euros; si se contrata un plazo de 50 años, al banco le debemos pasada una década 174.219 euros. Es algo que, como parece obvio, se traduce en intereses. El préstamo a 20 años se liquidará sólo con 42.824 euros de más; el que se contrate a 50 años, lo hará con 116.548 euros de intereses.
Eso sí, habrá que valorar que todo esto, y de forma proporcional, repercute en las cuotas mensuales que se pagan al banco. En nuestro ejemplo, éstas van de los 527 euros al mes (a 50 años) a los 1.011 euros, a 20 años.