Comunidad Valenciana

Angels: "El auge del emprendimiento no es un boom, ha venido para quedarse"

  • "Al invertir es clave tanto el proyecto como las personas del equipo"
Jaime Esteban, director general de Angels. Imagen de Guillermo Lucas

Jaime Esteban es el hombre al que Juan Roig ha confiado la dirección de la sociedad de inversión Angels, una de las tres iniciativas que integran el ecosistema emprendedor creado por el empresario y mecenas valenciano, la Marina de Empresas -junto a la aceleradora Lanzadera y la escuela de negocios Edem-. Más noticias en la revista gratuita elEconomista Comunitat Valenciana

Licenciado en Derecho por la Universidad Autónoma de Madrid, postgrado por la Escuela de Business Angels de Esade y alumno del Curso 15×15 de Edem, fue director de Grandes Empresas de Bancaja. En 2007, asumió la dirección del fondo de capital riesgo Angels Capital, transformado, en 2013, en sociedad limitada. Es consejero en varias empresas y miembro de la junta directiva de la red de business angels Big Ban. Angels ha triplicado en tres años sus recursos gestionados, hasta 44 millones, gran parte de ellos invertidos en la propia Marina de Empresas y en Lanzadera.

En su primer año de actividad, la Marina de Empresas se ha convertido en referente de ecosistema emprendedor y foco de atracción de otros proyectos, que han anunciado su intención de instalarse en la Marina Real Juan Carlos I. ¿Puede generarse en Valencia un boom de emprendimiento, como ya se advierte desde algunas instancias?

En Valencia ha habido un cambio espectacular en los últimos cinco años, consolidándonos como la tercera plaza de emprendimiento de España, tras Madrid y Barcelona. El auge del emprendimiento no es un boom, sino un fenómeno que ha venido para quedarse. En España somos pendulares: primero nos quejamos de que no se quiere emprender y después decimos que hay un boom. La cultura del emprendimiento ha cambiado muchísimo, pero aún representa un porcentaje muy bajo en este país en comparación con otras regiones y otros países más desarrollados. No es la panacea para solucionar los problemas sociales, pero sí un instrumento para generar empleo y riqueza, siempre con el enfoque de dar respuesta a una necesidad o demanda real de clientes. Donde sí puede darse una cierta burbuja es en el ámbito de las startups.

El ecosistema valenciano es ejemplar desde el punto de vista de su apertura y espíritu colaborativo, con una relación muy buena entre todos los agentes. Hay una red de aceleradoras consolidadas y contamos con la mayor red de business angels, de manera que los emprendedores saben dónde dirigirse. El entorno económico, con bajos tipos de interés en productos financieros y deuda pública, parón en el sector inmobiliario y volatilidad en la bolsa, ha propiciado un cambio de mentalidad entre los empresarios, que cada vez se acercan más a apoyar este tipo de proyectos. Es una inversión alternativa, con alto riesgo, por lo que sólo debe ser una parte de la cartera y la mejor fórmula para invertir es hacerlo acompañado, a través de vehículos de coinversión o con otros socios. De cada 10 proyectos, dos lograrán cubrir costes, dos tendrán éxito y seis desaparecerán.

¿Qué aporta y qué diferencia a Angels, y a Marina de Empresas, del resto de iniciativas, desde el punto de vista del emprendedor?

Lo que nos diferencia es una forma de entender y vivir la empresa, un modelo de calidad total, de gestión basada en valores y con la filosofía de que la empresa debe satisfacer a todos sus componentes: desde los empleados, hasta los clientes y proveedores. La clave es la transmisión del modelo de empresa y de gestión creado por Juan Roig y que ha demostrado su éxito en los últimos 30 años, aplicable a cualquier industria. Nuestro presidente lo que quiere es ayudar a crear empresas, porque entiende que es la mejor forma de impactar positivamente en la sociedad. Como él siempre dice, la empresa crea empleo y riqueza y, con ello, bienestar para la sociedad. Respecto a Angels, como sociedad de inversión, participamos como accionistas en los proyectos, nos convertimos en socios de las empresas. De esta manera, asumimos el mismo riesgo que el emprendedor. No aportamos sólo fondos, sino todo el apoyo del equipo, know-how, formación, nuestra red de contactos y la de nuestro ecosistema... Al estar constituidos, desde 2013, como S.L, con un único accionista, no tenemos que captar dinero y podemos ser muy flexibles. Trabajamos en base a presupuestos anuales, en función de las necesidades de las compañías participadas y de las inversiones que prevemos realizar. Por ejemplo, para este año, tenemos previsto realizar cinco operaciones de inversión, con una media de 300.000 euros, lo que supone 1,5 millones. Pero podemos realizar una sola operación o siete, en función de las oportunidades que surjan.

¿Cómo se aborda ese proceso de selección de proyectos?

Estamos estudiando proyectos constantemente, tanto de los que participan en Lanzadera como de fuera. Valoramos tanto el proyecto en sí como la persona o el equipo que está detrás. Los dos son indispensables. Lo primero es la persona, porque, sin personas brillantes y con capacidad para ejecutar sus ideas, los proyectos no salen adelante. Tienen que demostrar conocimiento de lo que nos plantean, configurar un plan adecuado, ser capaces de atraer conocimiento, talento y capital, demostrar capacidad de liderazgo e involucración, porque en la vida de la empresa siempre va a haber momentos complicados y tienen que ser capaces de afrontarlos y superarlos. No exigimos que inviertan capital, aunque siempre es un punto a favor. Pero también tiene que ser un proyecto viable e invertible, que esté contrastado con el mercado, con una demanda identificada y activa. En la primer edición de Lanzadera -en 2013- entramos en cuatro proyectos y, en la segunda, en uno. Ahora, estamos estudiando qué proyectos de la tercera edición, que acaba de concluir, pueden cumplir con nuestros criterios.

¿Están interesados en algún sector de actividad en concreto?

No tenemos un sector de inversión específico definido. Apoyamos a gestores con proyectos viables, en sectores digitales o tradicionales. Lo que diferencia a los proyectos son las personas. Somos generalistas en cuanto a enfoque sectorial, pero especialistas en personas y en un modelo de gestión. Tenemos un equipo de gestores de inversión, cada uno especializado en un sector. Sí es cierto que el turismo es un sector de interés, porque es la principal industria de la Comunitat Valenciana. Actualmente, estamos analizando tres proyectos en este ámbito. Es uno de los focos, porque hay mucha innovación que hacer en el turismo, tanto desde el punto de vista de la aplicación de tecnología como de nuevas tendencias en servicios.

¿Cómo se articula la relación entre el emprendedor y Angels, como socio financiero?

Las prioridades para Angels son, en primer lugar, ayudar a crear empresas, en segundo, aportar nuestro modelo de gestión y, por último, que sea rentable. La participación que asumimos depende del proyecto y de su plan de negocio. Nuestra vocación es ser minoritarios y que la participación de control esté en manos del emprendedor, pero no siempre es así, porque no es lo mismo invertir, por ejemplo, en un hotel que en una compañía de videojuegos. En proyectos digitales, solemos asumir participaciones minoritarias, de en torno al 15 ó 17%. En los proyectos de sectores más tradicionales, que necesitan más inversión, podemos asumir la mayoría del capital. En todos los casos se firma un pacto de socios, que articula la relación entre todas las partes, con cláusulas que protegen a la parte minoritaria, en ambas situaciones. Una cuestión importante es que, aunque Angels tenga una participación mayoritaria, la gestión siempre va a ser responsabilidad del emprendedor. Nosotros invertimos en empresarios.

Somos un inversor de proximidad, porque nos involucramos mucho en los proyectos. La Marina de Empresas se ha convertido en un foco de atracción, ya que los emprendedores tienen acceso a infraestructuras y servicios del ecosistema que hemos creado. No exigimos que los emprendedores se instalen aquí -esto dependerá del tamaño y de las necesidades de cada uno-, pero sí que la sede social esté en la Comunitat Valenciana. Entre el 30 y el 40% de los proyectos que se nos proponen, tienen su origen en la región, donde hay muchos proyectos interesantes. Respecto a los del resto de España, muchos están dispuestos a venir. Nos han llegado propuestas internacionales, de países de Latinoamérica y Centroeuropa, sobre todo, pero, de momento, no han prosperado.

¿Cuál es el balance las inversiones que ha llevado a cabo hasta el momento Angels?

Para nosotros, el mayor proyecto es la Marina de Empresas en sí y lo que significa, como polo de atracción y desarrollo del emprendimiento, reuniendo las diferentes fases del proceso de emprender, y con sinergias entre los tres pilares del proyecto, que generan un círculo virtuoso muy interesante. De los 44 millones de euros de capital actual de Angels, 9 millones están invertidos en las seis participadas actualmente en cartera -Grupo Sothis, PlayFilm, Ivpie, Torre Oria, Vivood y Codigames-. Del resto, una gran parte se destina a Lanzadera -de la que Angels controla el 100 por cien-, que ha recibido, hasta ahora, unos 8 millones, a otros proyectos de la Marina de Empresas y a la inversión en las instalaciones, a las que se han destinado unos 30 millones. En los últimos años, hemos realizado 11 operaciones de inversión en empresas y hemos salido ya de cinco. De las desinversiones, sólo se ha obtenido un alto éxito de rendimiento una, Demmero -firma de gestión de instalaciones deportivas- y, en el caso de Eslife, se ha producido la 'muerte' de la compañía, situación de la que hemos obtenido un aprendizaje importante. De las firmas en cartera, la de mejor evolución es Sothis, en la que llevamos más de 8 años -la entrada se abordó con el fondo de capital riesgo-. No hay un plazo fijo establecido de desinversión; depende de cada proyecto y de que sigamos aportando valor o no. Cada vez se alargan más.

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