Durante la mayor parte de lo que va de siglo XXI el puerto de Valencia había logrado mantenerse como el primer puerto por tráfico de contenedores de todo el Mediterráneo. Un liderazgo que perdió poco antes de la pandemia y que cada vez se aleja más de aguas españolas, ante el imparable ascenso de Tánger Med al otro lado del Estrecho de Gibraltar. A ello se ha sumado una fuerte caída del tráfico de Valencia, de cerca del 10%, en el último año, que ha encendido las alarmas.
Los muelles valencianos movieron en 2022 en total 5,05 millones de TEUs (la medida del contenedor estándar de veinte pies), lo que supone medio millón de unidades menos que un año antes. Aunque el retroceso en el tráfico total de la Autoridad Portuaria fue menos pronunciado, de casi el 7%, los contenedores son el auténtico termómetro que marca el ritmo del comercio mundial de mercancías y la conectividad marítima.
Un desplome que llega a a la vez que el proyecto para la nueva terminal de contenedores de MSC en que se basa el futuro del puerto, con una inversión de más de 1.500 millones de euros, sigue acumulando retrasos.
Desde la propia Autoridad Portuaria una de las razones que se esgrime para explicar la caída es la evolución a la baja de comercio internacional, algo que confirman los menores volúmenes en casi todos los grandes puertos. Pero también ha habido excepciones, como la de Tánger Med. El puerto marroquí superó en 2020 a Valencia y a El Pireo griego como el mayor operador de contenedores en la región y desde entonces ha logrado mantener un fuerte crecimiento a pesar de la pandemia y los problemas de la cadena de suministro.
La infraestructura del norte de África alcanzó los 7,59 millones de TEUs, un 6% más. Es decir, sus terminales ya mueven un 50% más de contenedores que Valencia, cuando antes de la pandemia el primer puerto español estaba por delante. Aunque los competidores españoles, Algeciras y Barcelona, también han reducido sus tráficos, lo han hecho en un volumen muy inferior al recorte en las instalaciones valencianas. En el caso del recinto andaluz, apenas perdió un 0,76% de contenedores, con 4,76 millones de TEUs. El puerto de la ciudad condal prácticamente repitió las cifras de 2021, con un ligero descenso del 0,26%, hasta 3,52 millones.
El propio presidente de la Autoridad Portuaria de Valencia, Aurelio Martínez, reconoce un desvío de tráfico a otros puertos, aunque apunta a otros recintos españoles, como Barcelona y Málaga, y el italiano de Gioia Tauro antes que al gran rival marroquí. Una marcha motivada porque "en el primer semestre del año pasado se produjo un proceso de congestión importante". Tras los atascos en grandes puertos en China o Estados Unidos que llegaron a colapsar toda la cadena de transporte las grandes navieras optaron por buscar otros destinos con capacidad en cuanto detectaron el riesgo de bloqueo.
El desvío de esos contenedores se ha centrado básicamente en transbordo -contenedores que utilizan los muelles valencianos como escala en su viaje, no como punto de salida o llegada-. La estadística lo corrobora: su volumen se ha desplomado un 16,8%, hasta 2,05 millones de TEUs.
Los destinos del desvío
Ese trasvase de contenedores ha sido generalizado en los grandes operadores del recinto, incluido MSC, la mayor naviera mundial por capacidad de carga de contenedores en su flota y el primer cliente del recinto valenciano, con la mitad de ese tráfico en el puerto. El gigante italo-suizo opera una terminal propia en Valencia, que Martínez reconoce que está congestionada, aunque también achaca ese desvío a que ahora mismo aquí "le cuesta más que en otros sitios". MSC también es uno de los grandes usuarios de la terminal pública, la mayor del recinto y que gestiona el gigante chino Cosco, operador también de El Pireo griego.
Precisamente, MSC presentó hace ya cuatro años la única oferta para construir y explotar la futura terminal prevista en la ampliación norte del recinto. La que sería la solución para evitar esos atascos y lo puede convertirse en un largo declive se ha visto retrasada por el rechazo de Compromís y Podemos en Valencia. Ahora la pelota está en Consejo de Ministros, que tiene que aprobar la licitación de la obra que asume el propio puerto.