Transportes y Turismo
Barcelona limitará los cruceros con el derribo de tres terminales y la construcción de una nueva de última generación
- La terminal resultante será abierta al uso general y con capacidad para dar servicio a 7.000 pasajeros a la vez
- El Port y el Ayuntamiento acuerdan una batería de medidas para mejorar y hacer más sostenible la movilidad
Antonio Martos Villar
Barcelona,
Barcelona reajusta sus terminales de cruceros. El Port de Barcelona y el Ayuntamiento han llegado a un acuerdo para derribar las tres terminales más antiguas y construir una nueva de última generación, que será pública, es decir, abierta al uso general y con capacidad para dar servicio a 7.000 pasajeros a la vez. La entrada en funcionamiento está prevista para 2028 y que esté operativa al máximo de capacidad dos años más tarde.
Esta reordenación y reducción progresiva de las terminales actuales irá acompañada de la rehabilitación integral de un tramo de muelle de 610 metros de longitud, correspondiente a las actuales terminales A y B, una actuación que supondrá una inversión de 50 millones de euros por parte del Port. De esta manera, las instalaciones dedicadas a los cruceros se situarán entre las más modernas y sostenibles a nivel internacional, ofreciendo la calidad de servicio imprescindible para acoger las operativas de puerto base (inicio y final de viaje), que son las que aportan más valor añadido a la ciudad y mejor conectividad aérea, según el protocolo firmado este jueves por ambas instituciones con el fin de hacer más sostenible la actividad crucerista.
Con esta transformación, el muelle Adossat quedará configurado con cinco terminales de cruceros: cuatro privadas (las actuales terminales D, E, G y H) y una pública (la nueva terminal C), todas ellas adaptadas a los estándares de calidad y sostenibilidad más exigentes , según el Port. La nueva terminal priorizará aquellos cruceros que sean de puerto base y los barcos pequeños.
"Por primera vez en la historia se pone límite al crecimiento de los cruceros en la ciudad", ha subrayado el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni. También ha querido agradecer al Port el "esfuerzo de comprensión y empatía" para asumir que el crecimiento de esta actividad no puede ser infinito. Ha recordado que desde 2018 hasta 2024 el número de cruceristas se ha incrementado un 20%, dado que el último protocolo firmado entre Port y Ayuntamiento no establecía límites. "La gestión actual del turismo pasa por establecer límites y gestionar mejor", ha recalcado.
"El protocolo firmado culmina el plan de modernización del muelle Adossat iniciado hace unos años con el objetivo de modernizar las infraestructuras portuarias y reforzar la competitividad del Port de Barcelona. Esta nueva fase incluye el derribo de tres terminales antiguas y la construcción de una nueva terminal de última generación; la rehabilitación del muelle y la incorporación de sistemas de electrificación OPS, así como la mejora de los accesos y la movilidad con el desdoblamiento del puente Puerta de Europa. Estas actuaciones suponen una inversión público-privada de 185 millones de euros, que se suman a las inversiones realizadas en el marco del acuerdo de 2018, y confirman la apuesta del Port de Barcelona por un desarrollo sostenible de la actividad de cruceros", ha señalado, por su parte, el presidente del Port, José Alberto Carbonell.
El protocolo también incluye un plan de movilidad sostenible con tres actuaciones destacadas. En concreto, se desdoblará el puente Puerta de Europa con el fin de mejorar la movilidad del muelle Adossat y su conexión segura, incorporando viales para bicicletas y peatones. Esta actuación conlleva una inversión de 90 millones de euros. Asimismo se construirá un corredor urbano por el frente litoral de Montjuïc destinado al transporte público, taxis, VTC, bicicletas y peatones, que conectará la plaza de las Atarazanas con la Marina del Prat Vermell y la Zona Franca. La inversión prevista es de unos 10 millones de euros.
Otro punto es la elaboración de un estudio de evaluación de la movilidad generada por los cruceros, que permitirá formular un plan de gestión de los movimientos en tierra de los cruceristas, que incluya, por ejemplo, un servicio regular de lanzaderas con los principales nodos de transporte público, un sistema de monitorización permanente con datos compartidos con el Ayuntamiento o bien la instalación de pantallas informativas en todas las terminales con datos en tiempo real de los principales puntos turísticos de la ciudad para mejorar la distribución de personas y descongestionar las zonas más saturadas, en línea con las políticas desplegadas en los Espacios de Gran Afluencia (EGA).