Terrorismo

España, frente a la yihad individual de los terroristas retornados de la guerra: el peligro viene de Siria

    Un rebelde sirio, en el momento del rezo musulmán. <i>Foto: Archivo.</I>


    Víspera de la Epifanía del Señor, aeropuerto de Málaga. Un operación conjunta de la Policía Nacional y de la Guardia Civil ponía los grilletes a Abdeluahid Sadik Mohamed, acusado de participar en la Yihad ('guerra santa') siria contra el régimen de Bashar al Assad. Este miembro de la organización terrorista Estado Islámico de Irak y Levante (ISIL), vinculada Al Qaeda y que mantiene secuestrado a tres periodistas españoles, fue enviado a prisión este mismo martes por el Juzgado Central de Instrucción número 2 de la Audiencia Nacional. 'Lobos solitarios' y Yihad sin límites

    La guerra civil que sacude este país de Oriente Medio desde hace más de dos años ya constituye un problema de seguridad interna para España, situada a casi 4.000 kilómetros de distancia. De hecho, según un estudio del Instituto Elcano, hasta 17 residentes en España (11 nacionales y seis marroquíes domiciliados) combaten o han combatido en las facciones insurgentes sirias, y otros 25 personas han usado la Península Ibérica para dar el salto e integrarse en las filas del Ejército Sirio de Liberación (ESL), organización ésta no vinculada al terrorismo islamista. En cualquier caso, la amenaza se escondería en el primer grupo, una docena de activistas que -como el ceutí de 28 años arrestado el domingo- aspiran a volver y han adquirido habilidades de combate y pericia en el manejo de explosivos durante su estancia en el extranjero, lo que podría suponer un giro en la lucha antiterrorista.

    Según los datos del Ministerio del Interior que recoge el experto Javier Jordán, del Grupo de Estudios en Seguridad Internacional o GESI, la cifra se elevaría hasta el centenar de residentes integrados en grupos terroristas, 11 de los cuales habrían participado en atentados suicidas.

    Ceuta, Castillejos y los retornados

    Tal y como describe el auto de prisión de Sadik Mohamed, los atentados de estos jóvenes en suelo sirio "han provocado un efecto llamada" que sigue fomentando la marcha de islamistas españoles a zonas en conflicto. Por si fuera poco, los compromisos internacionales de España (Líbano, Afganistán, Somalia, Mali y Bosnia) ponen la diana en nuestro país, tal y como se señalaba en la última Memoria de la Fiscalía General del Estado.

    Pero, ¿quiénes son estos yihadistas retornados? El perfil de los 17 residentes en España que combaten o han combatido en Siria, según señala el Instituto Elcano, corresponde a varones casados y mayoritariamente en la veintena o treintena, características sociodemográficas que se repiten desde la década de los 90.

    "A excepción de tres o cuatro de esos individuos, ninguno tenía una trayectoria yihadista significativa previa al inicio del conflicto sirio", explican los especialistas Fernando Reinares y Carola García-Calvo, antes de señalar a Ceuta y Castillejos (Marruecos) como epicentros del reclutamiento.

    Un perfil muy concreto

    Además de los retornados de Siria, los 'lobos solitarios' y los yihadistas sin reglas ni límites, hay otros islamistas peligrosos ocultos en nuestro país. Según un censo de condenados por actividades terroristas o muertos como suicidas entre 1996 y 2012, elaborado también por Reinares y García Calvo, se caracterizan por ser varones de entre 25 y 39 años, casados, con hijos, de nacionalidad argelina o marroquí (los terceros son los españoles, seguidos de los paquistanís), con un nivel educativo decreciente y  sin ocupación conocida.


    Reinares aprovecha también para tachar de "exagerados" los análisis sobre los 'lobos solitarios': "No hay individuos que operen de forma independiente", aseguró a EFE.

    De esta forma, la radicalización se gesta en domicilios privados y lugares de culto islámico, a menudo en zonas como Ceuta y áreas metropolitanas de la Comunidad de Madrid, Cataluña y la Comunidad Valenciana. El proceso -a menudo lineal, progresivo y de arriba a abajo- suele durar una media de entre cuatro y cinco años, etapa durante el que se combinan el uso de materiales impresos, soportes audiovisuales e Internet.

    En esta situación, España y sus socios tratan de neutralizar la amenaza. El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, incluso acepta un "claro interés de Al Qaeda" por conseguir que muchos de sus militantes puedan regresar a sus países de origen con el objeto de realizar en ellos "la yihad individual". En palabras de este político, "los retornados podrían convertirse así en una amenaza real y grave para nuestra seguridad".

    Precisamente, España, Francia, Alemania, Reino Unido, Italia y Polonia aprovecharon la reunión del G-6 de septiembre para abordar el riesgo de los yihadistas retornados, además de acordar medidas para prevenir atentados como los de Boston o Londres. ¿El objetivo? Que no haya que lamentar otros ataques así.